CAMPAMENTO DE LESBIANAS | JENSOO & CHAELISA

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- Hay que divertirnos un poco -Ronroneo para siguiente acto tomar las mano de Lisa y empujarla a la cama con algo de brusquedad.

Abrí mis ojos platos. Adelante mío se encontraba Rosé con un semblante entre intimidante y sexy. Trague saliva.

- ¿D-Divertirnos un poco? -Cuestione con cierto nerviosismo. Tenia una idea de lo que ese "divertirnos" podría tratar, pero, no quería mal pensar nada aunque la respuesta estuviese ante mis ojos.

- Dudo que seas muy inocente para saber a qué me refiero, Lalisa. -Rio algo irónica al terminar de articular aquellas palabras.

Yo, quien aún seguía sobre la cama -Inclinándome levemente con codos- Comencé a retroceder hasta estamparme contra la pared.

Rosé arqueó un ceja. Camino lentamente hasta llegar a la cama entre movimientos provocativos y sensuales que me dejaron más roja que un tomate.

El entorno cada vez se hacía más caluroso. Pero, la gota que derramo el vaso fue verla morder su labio inferior y comenzar a gatear sobre la cama, hasta quedar encima mío.

- Pensé que querías comenzar desde cero... -Interrogue con angustia. No quería que se arrepintiera después si es que lo que pienso se terminaba por realizar.

- ¿Hm...? -Se hizo la de oídos sordos.

- O-Oye... Agh~ -Solté un jadeo al momento que sus dientes tocaron con dulces el lóbulo de mi oreja. -Recupere la compostura de inmediato y negué al instante que se alejó unos cuantos centímetros. - ¿Eres tú? D-Digo... la Rosé que conozco. Ahg. Sueno como una imbe...

Me tensé por completo. Mi piel se erizo y una leve punzada en mi intimidad dieron a flote al sentir el intenso y hambriento beso que Rosé, ¡Rosé! La niña más linda y tierna que había conocido en este campamentos -al menos en su estado "normal"- Me estaba proporcionando.

No pasó nada hasta que decidí seguir el ritmo. Su boca se abrió para darle pase a mi lengua, el cual se movió con la suya en un ardiente y exquisito beso que nunca pensé que tendría con ella.

Mis brazos se estiraron para rodear su pequeña cintura. No pude evitar bajar mis manos hasta su culo y apretarlo levemente. Pensé que tenía todo bajo control, pero cuando escuche el gemido que me dedico toda parte cuerda de cuerpo se esfumo.

De un movimiento algo brusco la empujó por los hombros hasta terminar encima d ella. Rosé embozó una sonrisa burlona, cosa que me sacó algo de onda. ¿Qué diablos estaba pensando? Me cuestione al ver sus ojos oscurecidos.

- ¿Qué esperas? -Preguntó con un tono sexy que alteró todas mis hormonas.

- Joder. Por favor, dime qué quieres esto tanto como yo. No quiero obligarte a nada y aún peor si...

- Estoy cuerda, Lalisa -Responde como si hubiera leído mis pensamientos.

- Yo... ¿Cómo se que... -fui interrumpida nuevamente por sus labios. Sus manos habían subido hasta mi nuca y prácticamente me había atraído hacia ella.

- Wow... -Pronuncie ya con la respiración errática. Rosé volvió a soltar una de sus risillas que me ponían los pelos de punta, mordió su labio inferior con tanta sensualidad que era capaz de ver aquel espectáculo repitiéndose un millón de veces.

- ¡Rosié! -Le regañe. Ella me había empujado tal y como yo lo hacía hecho con ella para lograr posicionarme encima suyo.

- ¿Dime? -Ronroneo cerca a mi oído.

-

Al terminar de articular aquellas palabras; La boca de Rosé se unió al de Lisa nuevamente. Su ritmo era lento al principio, pero con el pasar de los segundos se volvió en uno lleno de hambre y deseo. Luego de volver a separarse; su mirada descendió hasta los pechos de la tailandesa. Finalmente fue bajando hasta que sus labios rozaran con sus pezones sobre su blusa. Con sus manos libres fue desvistiéndola hasta dejarla sin la parte superior de sus prendas. Lalisa suspiró profundamente al sentir la respiración de Rosé azotar su piel desnuda. Por otro lado, la Australiana sonrió, abrió su boca y atrapó sus rosados pezones en un sutil mordisco, los estiró levemente y las soltó ganándose un dulce gemido de su contraria.