Capítulo 2

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Los campistas fueron rigurosamente seleccionados con sus campamentos correspondientes. Sin embargo, unos de los organizadores no tomó en cuenta la cantidad de adolescentes que se habían inscrito este verano.

Jennie se encontraba cruzada de brazos, al enterarse que tendría que compartir cabaña con otra chica del campamento oponente. Con la excusa de ser la nueva fue la electa en recibir aquel cruel destino.

Se tiro en la incómoda cama, mientras sus ojos miraban fijamente el techo de madera sin ningún motivo en especial. Su compañera de cabaña aún no daba rastro de vida, provocándole así un sentimiento de desesperación al querer saber quien era la extraña rival que vería en las competencias y en su "habitación".

Resopló con angustia para luego voltear su cuerpo, quedando con la vista puesta en la pared.

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Dos labios se buscaban con total desesperación, debajo de la sombra de un gran manzano que se encontraba no muy lejos del sector del campamento O'nil.

Los chasquidos de los besos se lograban escuchar sutilmente alrededor de ambos cuerpos buscando fricción entre ellos. Una mano traviesa trato de escabullirse bajo la blusa de su compañera para así dejar leves rastros de sus uñas por toda la espalda de su contraria.

Un hábil movimiento por parte de la pelinegra bastó para que el sostén de su amante, cayera lentamente sobre el húmedo pasto a causa del gran lago que se encontraba a sólo pasos de ellas.

"¡Dios!. ¿Dónde aprendiste a besar tan bien?" Halago la más baja a su contraria, quien no dejaba de succionar su cuello al haber separado sus labios por falta de oxígeno.

"Creo que no te agradaría nada saberlo" respondió la mayor para rápidamente con un desliz de su mano contra los pechos de Yeri fuera suficiente para sacarle un gemido, gemido el cual fue apaciguado por un intenso beso donde se jugaba una guerra sobre quien dominaría la situación.

No muy lejos, una rubia se encontraba escondida viendo con cierto enojo a las dos chicas dándose algo más que inocentes caricias.

Bufo por la escena vista. Suspiro profundamente para largarse de aquel espectáculo de infidelidad. Pero, para su mala suerte y al dar un paso en falso, rompió una rama, la cual al crujir logró llamar la atención de las dos chicas quienes no dejaban de comerse una a la otra.

"Carajo..." como si se tratara de una carrera final de un atleta olímpico, se fue corriendo lo más rápido que pudo hacia su cabaña.

Mientras tanto en el sector del campamento Beata la coreana se encontraba tirada en el grass sintético de un pequeño parque artificial el cual era utilizado como zona de refrigerio por los campistas.

"¿No irás a desempacar?" hablo la pelirosada quien al verla echada con la vista divagando por cualquier lado del cielo despejado decidió acercarse con intensiones de animarla. La pelinegra resopló con total desdén para después voltear a ver a su contraria "No pienso compartir cabaña con una de esas chicas del campamento O'nil".

"Ay, no seas berrinchuda" regaño sentándose a su costado con las piernas encogidas "Joder Rosé. ¿Por qué de todas la chicas de nuestro campamento yo tenía que ser la que sufriría este castigo tan despiadado?" Reclamo con un tono tajante.

"¿Y si vas a conocerla?. Digo, no creo que sea tan malo" trato de alentar a su mayor mientras ambas miraban las nubes con admiración.

"Espero que no" hizo una pausa para mirarla unos segundos "Rosé" la más alta la miro con total interés "¿Donde está Joy?" esa pregunta bastó para que la cara apagada de la pelirosada brillara en cuestión de segundos "Dijo que iría a hablar con una compañera sobre algunas estrategias que harán en los juegos" dijo orgullosa de su según ella su fantástica novia.

CAMPAMENTO DE LESBIANAS | JENSOO & CHAELISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora