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Mateo estaba observando como Diego dormía plácidamente en la cama, se veía como todo un angel cualquiera que no lo conociera pensaría que eso era así pero no ese chico era todo menos un angel. Después de unos minutos de estar en una silla vigilándolo, Mateo decidió acostarse a su lado para descansar un poco así que cuando ya estuvo acostado se acercó a Diego para poder sentir su respiración cerca pero eso provocó que el chico despertara.

Diego: ¿qué haces aquí?.- observo a Mateo quien estaba muy cerca de el- ¿es un sueño?.

Mateo: te estoy cuidando.- dijo sonriendo-.

Diego: es de noche deberías de estar durmiendo y abajo... alguien te puede ver.

Mateo: me preocupaste.- Diego sonrio- nos preocupaste.

Diego: fue horrible... mi papá mató a un hombre delante de mi.- sus ojos se llenaron de lagrimas- era como yo...

Mateo: ¿a qué te refieres con alguien como tu?.

Diego: a alguien que le gustan los hombres.- Mateo lo abrazo-.

Mateo: todo va a estar bien.

Diego: ¿sabes donde está mi ropa?.

Mateo: no.

Diego: genial.- se destapó y levantó, Mateo intentó no mirar el cuerpo desnudo del chico pero no pudo ya que le causaba mucha curiosidad-.

Mateo: en el closet debe haber una bata.

Diego: gracias.- abrio el clóset y saco la bata para ponérsela-.

Mateo: se que fuiste a uno de esos campos de concentración, ¿sabes si mi papá o mamá estaban ahí?.

Diego: tengo que conversarlo con Anya estando presente.

Mateo: ¿los mataron?.- su voz estaba notoriamente quebrada-.

Diego: no... es decir...

Mateo: ¿mi papá fue el hombre que mataron frente a tus ojos?.

Diego: no, no... eso no.

Mateo: entonces, ¿qué pasa?.

Diego: vi a tu padre... es esta bien y les envió una carta por eso necesito mi ropa.

Mateo: podemos ir a buscarla... Keren y Andrés deben haberla dejado en la sala de lavado.- los dos chicos salieron de la habitación en silencio y fueron a la lavandería de la casa, ahí se encontraron con la ropa de Diego toda mojada y sin ningún rastro de la carta-.

Diego: no se donde puede estar... hay que preguntarle a Keren.

Mateo: ¿y mi mamá?,¿qué te dijo mi papá de ella?.

Diego: eso lo dice en la carta...

Mateo: por favor Diego... tengo que estar fuerte para mi hermana.

Diego: tu mamá está muerta.- Mateo se quedó congelado al escuchar esas palabras, no podía más bien no quería creerlo pero tenia que afrontarlo, demostrarle a su hermana que el podía estar para ella pero en estos momento no podía ser el chico fuerte, necesitaba el abrazo de alguien por eso fue y abrazo a Diego quien lo correspondio- siempre voy a estar para ti.

Mateo: todo es una maldita pesadilla...¿por que nos hacen esto?.

Diego: yo nunca lo he entendido... todos somos personas que amamos y sentimos pero siempre hay alguien que cree sentirse superior por todo.

Mateo: me sorprende que tu siendo criado como por un nazi no seas así... al principio das esa impresión pero creo que es una coraza que te pones.

Diego: eso es todo gracias a mi madre... ella siempre me enseñó a respetar.- Mateo acarició el rostro de Diego-.

Mateo: tu mamá debe ser una bella persona.

Diego: la tuya también debio serlo.- los dos chicos se vieron a los ojos y comenzaron a acercarse para que por fin pudieran sentir los labios del otro. El beso fue lento y a pesar de ser uno de los mejores besos que había dado Mateo era triste puesto las noticias de la muerte de su mamá lo atormentaban-.

Mateo: gracias por...

Diego: no tienes nada que agradecer.- Mateo continuó besando al chico, si bien eso no le quitaba el dolor de saber que no vería nunca más a su madre, los labios de Diego le daban algo de calma-. 

Mateo: estoy seguro que a ella le gustarías.- sonrio- nunca discriminó a nadie por como eran, creo que sospechaba que me gustaban los chicos.

Diego: ¿las chicas te gustan?.

Mateo: si, pero tu me gustas más.- comenzo a besar al chico pero este de separo-.

Diego: la carta... debes leerla.

Mateo: ¿no te gusta saber que también me gustan las chicas?.

Diego: no... un poco pero eso no importa porque te gusto más yo.- sonrio-.

Mateo: si nos besamos es porque somos algo más que amigos.-sonrio para el chico pero este obserbava otro lugar-.

Diego: ¿qué haces aquí?, ¿nos estás vigilando?.

Aristóteles: no, solo escuche ruido y pensé que podía andar un extraño por aquí.

Diego: ¿has visto a alguien con una carta?.

Aristóteles: Temo tenia una... Keren y Andrés se la entregaron.

Mateo: vamos a despertarlo.

Aristóteles: el merece descansar bien... mañana pueden hablar bien.

Mateo: esa carta la escribió mi padre, me importa muy poco si el duerme bien o no.- salio y los otros dos chicos lo persiguieron-.

Aristóteles: deberían de respetar las horas de sueño de Temo el nos tiene viviendo gratis con el.

Diego: Temo lo va a entender lo conozco muy bien.

Aristóteles: no es cuestión de conocer sino de respetar su sueño.

Diego: te preocupan mucho las horas de sueño de mi amigo, ¿te gusta?.

Aristóteles: solo soy respetuoso.- Diego sonrió-.

Diego: espero ese respeto se lo des siempre.

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