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Diego estaba con su maleta en las manos mientras esperaba que su padre le dijera que podía subir a su nueva habitación. La casa era bastante grande para que solo vivieran ellos dos pero a su padre parecía no importarle y para mala suerte de los nazis y buena suerte para Diego el patio colindaba con el campo de concentración por lo que ya tenia una forma de escape.

Ubaldo: tu habitación es la de al fondo.

Diego: el lugar es amplio podríamos traer a vivir a mamá.

Ubaldo: ella vendrá todos los viernes para verte.

Diego: iré a dar un paseo.

Ubaldo: mucho cuidado con intentar estar con algún soldado aquí no son como tu.- Diego fue a dejar sus pertenencias a su nueva habitación y salio de la casa-.

Keren estaba observando desde su cama a Mateo quien no dejaba de mirar un libro, cuando de repente Andrés se sentó junto a ella.

Andrés: el no dejará de pensar en Diego creo que deberías de mirar otros horizontes.

Keren: aquí los únicos horizontes que tengo para ver son el y tu, pero tu Andy estas descartado no eres judío y eso seria romper las reglas.

Andrés: aquí no es cuestión de romper o no las reglas se trata de querer y si el no te quiere y hay otra persona que si debes ir con quien desea estar contigo.

Keren: pero yo no deseo estar contigo.

Andrés: por lo menos tengo más opciones que solo tu.

Keren: Anya está enamorada de otro.

Andrés: y a mi no solo me gustan las chicas.

Karen: tu mismo dijiste que Mateo piensa en Diego.

Andrés: yo encuentro atractivo a Temo.

Keren: si te interesara en mi no estarías mirando a otro.

Andrés: no seas celosa... tu llevas la delantera.

Mateo se encontraba viendo las escaleras del sótano esperando a que el chico que le había robado el corazón bajará en cualquier momento pero sabía que eso no iba a suceder, Diego se había ido y no sabía cuando lo volvería a ver o si es que algún día lo vería de nuevo. Su mente estaba confusa y su corazón roto, quería escapar de ese lugar e ir a buscar al único amor que había tenido en su vida pero no lo podía hacer porque eso lo condenaría a estar en un campo de concentración y su hermana quedaría sola.

Al terminar el paseo Diego entro a la nueva casa y vio a su padre quien estaba mirándolo seriamente.

Ubaldo: tu uniforme está en tu habitación.- el chico se dio media vuelta y se dirigió a sus aposentos al entrar vio en su cama ropa con rayas blancas y negras. Comenzó a sentir una presión en su pecho y sus ojos se humedecieron luego de esto volteó a la puerta para salir corriendo pero habían dos guardias con armas en las manos y su padre-.

Diego: soy tu hijo.- grito-.

Ubaldo: y por eso te voy a ayudar, ponte ese traje e irás a donde te lleven ellos.

Diego: ¿qué me vas a hacer?.

Ubaldo: te voy a salvar de esa enfermedad que tienes.

Diego: ¿matándome?.

Ubaldo: tenemos un campo de concentración que se encarga de hacer experimentos y están tratando la cura de lo que te sucede a ti.

Diego: lo mío no es una enfermedad.

Ubaldo: eso dicen todos.

Cuauhtémoc estaba desesperado solo quedaban dos horas para que el chico que tenía su corazón se fuera a una maldita guerra.

Temo: no quiero que te vayas.- abrazo al chico-.

Aristóteles: te prometo que estaré bien.- beso la mejilla de su amado-.

Temo: mi corazón siempre latira por ti.

Aristóteles: el mío también.

Diego estaba en una habitación encerrado en la cual solo se veía luz por una pequeña ventana que el no podía alcanzar porque estaba en lo alto y por su estatura no alcanzaba a llegar. No había ninguna cama para poder descansar solo estaba el piso frío.

Ubaldo: a medida que vayas mejorando vas a poder conseguir cosas.

Diego: ¿por qué me haces esto?.

Ubaldo: porque te amo y lo que tienes es una enfermedad.

Diego: si me amaras aceptarías quien soy.

Ubaldo: vas a permanecer aquí hasta que te recuperes y luego podrás irte de nuevo con tu madre.

Diego: ¿le piensas informar a mamá de esto?.

Ubaldo: no, ella nunca lo sabrá porque tu nunca se lo dirás.

Aristóteles se fue a despedir de su madre y hermano mientras Temo lloraba desconsoladamente.

Amapola: cuídate, nunca olvides que te amamos.

Aristóteles: siempre los voy a amar.

Temo: eres lo mejor que le ha pasado a mi vida.






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