Beginning {N.2}

Capitulo 11

-ya tienes todo listo?

- si Renato, mis maletas están en la sala.

-bien, y como te siente?

-a la verdad no sé, no he tenido mucho tiempo para ir al doctor y aun no sé si es niño o niña!!

-podemos ir antes de irnos o ir a un doctor haya, tu sabrás.

-luego lo pensamos, iré por mi celular- me levanto con dificultad del comedor y mientras voy por el pasillo escucho el toque de la puerta. Renato se levanta y me quedo en el pasillo para ver de quien se trata. Al abrir se ve a una chica de unos 23 o 24 años, alta, con un porte elegante, castaña, con ojos claros y enfundada en un traje de falda con chaqueta color vino y una blusa blanca.

-Buenas- Renato la escanea rápidamente- que desea?

-buenas, aquí vive Zoé Brown?- Renato medita un poco.

-para que la busca?- dice con voz gruesa.

-deseo hablar con ella, es importante.

-ahora mismo no se encuentra, le dejare el recado, señorita...

-Roberts, soy Ana Esther Roberts...- ella debe de ser la hermana de ese imbécil. Siento como me falta la respiración, trato de sujetarme de las paredes y lo que consigo es caer, siento el golpe en la espalda y la falta de oxigeno, trato de levantarme y lo que consigo es más dolor. Me duele mucho el pecho... escucho los pasos de Renato y su voz llamándome... lo escucho tan lejano... me siento débil... cayendo en los brazos de la inconsciencia...

.

.

.

Despierto asustada por el horrible sonido de una maquina, me duele la cabeza y la espalda, el dolor de mi pecho desapareció. Al mirar mis manos, veo que la izquierda tiene una intravenosa. Analizo el lugar, dándome cuenta que estoy en la habitación de una clínica u hospital, debe ser una clínica, porque esta parece la habitación de un hotel de lujo. Retiro la sabana que me cubre, salgo de la cama para estirar un poco las piernas y siento el verdadero dolor, oh dios, me apoyo en el mueble a un extremo de la cama, me tiemblan las piernas, trato de sentarme y el dolor es más fuerte, caigo de rodillas al piso y veo sangre. Mis ojos se abren como platos al ver como de mi sale tanta sangre. No, no, mi bebe!! Solo pienso en mi bebe...

-que haces tirada... SANTO!! Un médico!!- gritan- enfermera- dejan la puerta abierta.

Acaricio mi aun abultada panza, llorando por mí bebe. Y si lo perdí? No puedo perder a mi chiquito... ciento que me cargan hasta depositarme nuevamente en la cama, enfermeras van y vienen revisando todo, el doctor me indica unas cosas a las que solo puedo asentir y dejar que el haga lo posible por salvar a mi bebe.

-descuide, todo está bien- me tranquiliza el doctor- solo fue una perdida mínima de sangre, en algunos embarazos es normal. Esta bajo mucho estrés y eso puede afectar a las bebes...

-espere, dijo bebes?

-sí, está embarazada de gemelas- con razón el panzón que tengo, casi no puedo ni caminar- hay una de las gemelitas que es muy abajo, casi en la pelvis, al hacer cualquier movimiento brusco, esta presiona un poco el útero, provocando que expulse un poco de sangre, es normal, solo tiene que disminuir algunos movimientos y dejar el estrés atrás.

-gracias doctor- asiente y se retira.

-como te sientes?- pregunta Renato.

-un poco dolorida, pero es aguantable.

-que bueno- sonríe- la hermana de ese hijo de puta está afuera y quiere hablar contigo.

-puedes decirle que pase y te quedas conmigo?

-por supuesto, no iba a dejarte solo con ella- asiento feliz y el abre la puerta haciendo que la chica pase.

-hola, soy Ana Esther- la miro dudosa- se que mi presencia no es de tu agrado, pero me gustaría que habláramos un poco- mira a Renato- a solas.

-si quiere que hablemos, el estará presente, no se preocupe, lo que hablemos aquí, no saldrá de esta habitación- ella asiente dudosa y se sienta en uno de los sillones individuales.

-para no perder tiempo, vine porque me entere que tu hijo...

-hijas...- ella me miran extraño- son gemelas. El doctor lo dijo- Renato me abraza de la felicidad.

-oh cielos!!- Ana se tapa la boca- mi hermano es el imbécil más grande en la tierra.

-estamos de acuerdo- decimos Renato y yo al mismo tiempo.

-no vine a decirte que mi hermano es un santo, al contrario; ni tampoco a que estés con el. Estoy aquí para ofrecerte la ayuda de mi familia...

-quien dijo que es de tu hermano?- pregunto algo nerviosa.

-cariño, se que le dijiste a David, que el bebe es de tu amigo, pero a leguas se ve que es gay- Renato se siente ofendido e iba a decir algo y esta lo corta- tengo colegas que lo son, se como identificarlos, además, sé a ciencia cierta que son de David aunque trates de negarlo. El no sabe que vine a verte y ni tiene que enterarse. Solo vengo a pedirte, que nos des, a mis padres y a mí, participación en el poseso de parto y crianza de ellas.

-como se que no van a querer quitármelas? Ustedes tienen dinero suficiente para quedarse con ellas y hacerme desaparecer.

-no querida, que mi hermano sea un desgraciado, no quiere decir que el resto de la familia lo sea. La decisión es tuya, si quieres que lleve nuestro apellido o no, solo quiero que mis padres tengan la oportunidad de ver a sus primeras nietas.

-lo pensare- medito un poco.

-de acuerdo- saca un papelito de su cartera- esta es mi tarjeta, están mis números, desde ahora, yo cubriré tus gastos, estaré pendiente de lo que las niñas y tu necesiten, solo llámame.

-no sé si sabes, pero no necesito su dinero y no soy una casa fortunas como tu hermano me ha vendido con los demás, nunca me intereso el.

-lo sé, se cuales fueran las circunstancias que trajeron a mis sobrinas al mundo- abro los ojos de sorpresa- David no va a enterarse de esta conversación- tomo la tarjera- pero mi madre va a querer conocerte, se pondrá en contacto contigo- me sonríe- cuídate mucho y a mis pequeñitas también- acaricia mi panza- hasta luego- se despide y sale de la habitación.

-le crees?- pregunta Renato.

-no sé si será verdad- lo miro- pero al momento de tocarme, una de estas pateo con fuerza- sonrió- quizás deba darles una oportunidad.

-bueno, tendrás suficiente tiempo para pensar, ya no vas a poder viajar.

-porque?

-el doctor ha dicho, que debes estar en reposo y un viaje a estas alturas podría ser perjudicial para una de las nenas, mas para la que está más abajo en el útero. Podrías perderla...

-que hare entonces? Firme un contrato.

-hablaremos luego con Fiorela, lo importante aquí, son la salud de ustedes.

-gracias Renato, no sé qué aria sin ti- nos abrazamos, el ha sido como el hermano que no tuve.

-ya, que me aras llorar- se limpia el comienzo de lagrimas- mañana en la tarde te darán el de alta....