Capitulo 22

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-familiares de Zoé Brown?- se escucha a lo lejos.

- yo doctor.

-usted es?

-soy su esposo- me mira extraño.

-bueno, el estado de la señora es complicado, necesitamos 2 pintas de sangre, para estabilizar sus plaquetas y debe tomar una decisión.

-sobre que.

-no le mentira, esta muy delicada y dependiendo de la evolución con las plaquetas, debemos hacerle cesárea.

-cesarea? Tiene el tiempo necesario?

-después de cumplidos los 7 meses, el medico, dependiendo de las circunstancias, puede practicar una cesárea.

-eso era todo? Donde estaba lo complicado?

-si le hacemos la cesárea, debemos prepararla con urgencias, ya no podrá tener más hijos... su útero quedará estropeado y sería riesgoso para su salud.

- esta bien doctor, que debemos hacer.

-por lo pronto necesitamos la sangre...
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Minutos más tardes papá movió sus influencias y consiguió toda la que ella necesita. Ni les mentiré, estoy sumamente preocupado, llevo días sin saber de ella y hasta ahora me dicen de su estado, he sido una mierda, me siento inútil, ella debatiéndose entre la vida y la muerte y yo aquí haciendo nada. Le ruego a Dios que puedo salir con vida de esto, junto a mis hijas...

-David- escucho a lo lejos.

-Renato- estrechamos las manos- quien te llamo?

-Tu hermana me aviso que ya habían encontrado a Zoé y que la tenían en intensivo ya que nunca me avisaste.

-todo esto me tiene fuera de foco, ni me acuerdo cuando fue la última vez que me bañe.

-eso ya no interesa- comenta restando importancia- lo importante es que fuiste lo suficientemente hombre para encontrarla.

-a que te refieres.

-a eso, que por fin te estás comportando como el hombre que creo que eres, has sido el peor de los imbéciles sin contar lo que pasó horas antes de la explosión.

-ella te contó?

-claro, quien crees que pudo calmarla después de semejante escándalo que armo tu noviecita.

-trate de manejar la situación como pude, no eres nadie para reclamarme.

-ni lo estoy haciendo, sólo digo que ya está bueno de que por tus caprichos ella siga sufriendo, la sigan discriminando, la maltraten a donde quiera que vaya porque ella tiene la marca que usted se encargó de sellar.

-no estoy para eso ahora Renato.

-ni yo tampoco, te pondré claro en algo, si a ella le vuelves a hacer algo, lo más mínimo, te vas a arrepentir el resto de tu vida.

-ni eres quien para amenazarme, mariposon infernal- lo tomo por el cuello de su camisa- nadie me amenaza.

-que sea la última vez que lo hagas- estampa su puño derecho en mi rostro haciendo que caída al piso, pega fuerte el pajarin este- no me interesa que seas o no su marido, estoy aquí para que ella no sufra más, para que ella pueda vivir una vida lejos de los maltratos de hombres como tu idiota- se arregla la camisa- estas advertido.

Toma rumbo por el pasillo hacia el ascensor. Respiro profundo para poder calmarme un poco, toda esta mierda me esta jodiendo, ya ni se si de verdad vale la pena todo esto.

Beginning {N.2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora