¿Sabes qué?

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Sorpresivamente los cinco amigos se encontraban reunidos en una casa, específicamente en la del pelinaranja. Se supone que solo iban a jugar videojuegos, pero terminaron viendo una película, además de que ya se encontraban poniendo sábanas y almohadas tanto en el sofá como en el suelo.

- ¿Cómo terminé aceptando que durmieran en mi casa? -Cuestionó Fritz confuso.

- Es una buena pregunta -Dijo Jeremy acostado en el suelo.

- ¿Recuerdan que habíamos cenado? -Preguntó Mike al lado del rubio.

- De hecho no lo hicimos -Mencionó el grisáceo sentado en el sofá.

- Si quieren puedo hacer algo ligero para dormir pronto -Sugirió Scott.

- Mientras sea comida exquisita,  la cocina siempre estará disponible para ti -Dijo el pelinaranja con hambre.

Y el azabache fue directo a la cocina.

- Me siento muy agusto sabiendo que nuestra madre se preocupa por nosotros y nos prepará algo delicioso -Dijo el rubio alegre.

- -Admitió el ojiazul- No hay nada mejor que el cariño de una madre -Suspiró- En especial una que heredará un asco de pizzeria -Rio.

- Entonces, si Scotty es la madre, ¿Qué serían ustedes? -Preguntó Vincent cubriéndose con una sábana.

- Obviamente somos sus hijos -Aseguró el de ojos esmeralda- Menos Mike... él sería un desconocido porque si no sería incesto -Aclaró.

- ¿Y qué sería la berenjena con patas? -Dijo Jeremy con curiosidad.

- Jeremias, no le faltes el respeto a tu padre -Se quejó el grisáceo dramatizando.

- Sí... esta familia esta perdida -Aseguró Mike.

Todos comenzaron a reír. Tras pasar unos buenos minutos, regresó Scott con un gran plato lleno de pan tostado.

- ¡Es bellísimo! -Dijo Vincent con brillo en los ojos.

- ¿Por qué pan tostado? -Cuestionó el ojiazul- No tiene nada de malo pero ¿No había otra cosa? -Se quejó.

- ¿Querías desayunar en la noche? -Cuestionó el de ojos avellana.

- ¡Gracias Scott! -Dijo Jeremy tomando uno de los panes comenzando a comerlo.

- Sí, lo que dijo Jeremias -Mencionó Fritz haciendo lo mismo.

- ¿Eh... y que se supone que tienen? -Preguntó Mike intrigado por lo que comía.

- Solo es pan tostado con mantequilla, no es nada fuera de lo común -Respondió el azabache.

- ¿Los hiciste en una tostadora? -Preguntó el grisáceo degustando lo que había hecho.

- Los hice en la estufa -Respondió- Ya que alguien no tiene tostadora -Se quejó mirando a Fritz.

- De todas formas -Hizo una pausa el pelinaranja- Muchas gracias mamá.

- ¿Por qué me dicen "mamá"? -Preguntó Scott un poco molesto.

- ¿Enserio preguntas el porqué? -Se extrañó el ojiazul.

- Porque pareces nuestra figura materna -Respondió el rubio- Te responsabilizas de todos nosotros, nos ayudas en cualquier cosa, además de que nos regañas por nuestras estupideces -Aseguró.

- Eso no solo lo hace una madre -Respondió indignado el de ojos avellana.

- ¿Acaso quieres que te digamos el aguafiestas del grupo? -Cuestionó Fritz.

- Como sea -Interrumpió Mike- Gracias por la comida-cena y no sé ustedes pero tengo sueño -Agregó recostandose entre las sabanas del suelo.

Asintieron de manera leve; el pelinaranja fue a dormir a su habitación;  el grisáceo fue a la cocina a beber algo; el rubio se acostó al lado del ojiazul; el azabache bostezó y se recostó en el sofá, al mismo tiempo de que se cubría con una de las sábanas.

Después de unos minutos, todos ya se encontraban dormidos, mientras que Vincent había terminado de comer lo que restaba de los panes tostados, bebió alguna cosa de ahí y ya se dirigía al sofá.

Se dio cuenta que el ojiazul abrazaba al rubio, ambos dormían profundamente y se veían muy tiernos juntos; además de que se percató que el azabache le había dejado un espacio en el sofá y no decidió adueñarse de ese lugar.

El grisáceo se incorporó como pudo y básicamente durmió sentado.

(.)

El de ojos esmeralda se levantó en plena madrugada para... no me acuerdo...

Y cuando pasó por la sala, vio a sus amigos de forma que buscó su celular y no dudó en ningún momento en tomarles fotos.

Mike y Jeremy se encontraban compartiendo el mismo aire casi dándose un beso; mientras que el azabache se encontraba acurrucado en el pecho del grisáceo, a su vez, el castaño grisáceo abrazaba al de ojos avellana.

- Maldita soledad -Susurró Fritz dolido y dramatizando.

Después fue nuevamente a dormir.

Disculpa, lo aluciné | VinscottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora