Carretera Secundaria

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Todo el camino qué duró la vuelta a casa, no pudimos articular palabra. Ella se colocó los auriculares y se puso a escuchar música. Yo la miraba con el mismo nudo en la garganta. Traté de comunicarme con ella, pero me hizo un gesto con la mano de qué no dijera nada. Por el espejo podía ver cómo se le escapaban las lágrimas.
Sabía que no era el momento de hablar, pero no tenía ni idea de lo que le estaba pasando por la cabeza a Sara.

Supe que debía dejarla. Y mi olfato de policía me estaba diciendo que algo iba a ocurrir, así que dejándola en casa aparqué una calle más hacia adelante.

Esa misma noche, Sara se iría de casa.
Comprobé desde la calle como entraba sigilosamente en casa, y pude ver cómo a través de su ventana, la sombra me indicaba que abría armarios y cajones.
Sara se va al retiro.
Sara lo había conseguido. Pero lo que Sara no sabía es que mi superior ya estaba avisado, estaba dando parte de todos sus movimientos. Yo iba a seguirla y una patrulla de compañeros me seguiría a mí en una calle paralela.

Pasaron 20 minutos, y vi salir a Sara. Pude ver cómo un coche de alta gama negro, venía a recogerla. Ella se subió con una bolsa de viaje. Hizo un gesto de mirar a su casa, pero se subió muy decidida.

Me oculté bajándome el asiento, y empecé a seguirla.

- El coche es un Porsche negro, matricula 6456 HMW. Sara va dentro, repito Sara va dentro. Voy tras ellos .

-Recibido- te seguimos.  Comentaron mis compañeros.

No iba a gran velocidad, no se imaginaban que les estábamos siguiendo. Salieron de la carretera principal, y recorrieron 1h, 50 min por una carrerera secundaria, hasta llegar hasta lo que parecía un sendero.

Lluvia de Diciembre (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora