Lluvia de Diciembre (Terminada)

Quiero Ser

José entonces, cogió una carpeta. En ella había muchas hojas iguales. Una especie de listado con normas. Yo no entendía nada.

-Mira Sara, aquí aparte de dar clases de Yoga, soy sanador espiritual. Imparto gratuitamente charlas de autoayuda, y os ayudo para que podáis cambiar de vuestra vida cualquier cosa que no os de bienestar.

En este listado, hay una serie de pautas que os pueden guiar para conseguir el camino espiritual.
Aparte hago retiros con las alumnas mas aventajadas, dónde regeneramos cuerpo y mente a la luz del alba.

- Dónde son esos retiros? Le pregunté yo.
-Sara, no vayas tan deprisa, primero has de ser una de mis alumnas aventajadas. Sólo así vibraremos en la misma sintonía...

Quería darle una patada en sus partes, pero seguí haciéndole preguntas.

- Y si decido no volver de esos retiros? Hay alguna alumna que haya decidido no volver?

Él me miró con extrañeza, esta vez noté que algo de mi le recordaba a Raquel, como si esta conversación la hubiéramos tenido antes..

-Si alguna chica decide no volver es porqué lo que dejó atrás no le llena tanto como lo que tiene ahora delante.

-Y qué tiene? , le pregunté yo.
- Tiene la Divinidad eterna. Dijo él.
-Hágame alumna aventajada, dígame cómo puedo llegar a obtener la Divinidad absoluta. Dígame cómo puedo ir a esos retiros. Estoy preparada, éstas no son mis primeras clases de yoga. Estoy dispuesta a..

En ese momento entró Javier.
-Sara no te encontraba!! No te vi salir con las demás compañeras. Vamos? Estás bien? Dijo sonriendo.

-Si Javier lo estoy. Todo bien! Estaba tomándome un té porque me sentí un poco indispuesta.

-Está bien Javier, dijo José. Aprende muy rápido. Nos vemos mañana Sara cuídate.

-Igualmente sr José dije yo. Y agarré la mano que me tendía Javier y salí de ahí como despertando de un letargo con el papel de las normas en la otra mano y con el corazón encogido..