Sara

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Al día siguiente me levanté para acudir al centro de yoga.
Javier fue a hablar con el fiscal, queremos demostrar que Raquel no se suicidó. No queremos que se le declare muerta.

Necesitamos reabrir el caso.
Javier me dio unas pautas para actuar. Su instinto policial no suele fallar.
Él cree que ahí puede haber una pista fiable de la desaparición de mi hermana.
Lo único que tengo que hacer es hacerme pasar por una alumna, a poder ser aventajada. Ganarme su confianza y averiguar qué saben ellos de la desaparición.

No entiendo cómo pudimos comprar el libro en esa feria medieval a no ser qué ella hubiera quedado para recogerlo ahí.
Son muchas incógnitas y un sólo camino para encontrar su paradero.

Llego puntual. Llamo a la puerta y me abre el mismo tipo de ayer.
- Me llamo José. Puedes entrar a la sala, ya han llegado otras compañeras.

Entré en la sala y vi a otras chicas como yo, me saludaron amablemente, mientras encendían el incienso.

José apagó la luz y encendió cuatro velas, una en cada esquina de la sala..

- Comencemos con el mantra de bienvenida..

Repetimos cada una de las palabras que decía, con los ojos cerrados, y en el último mantra pude ver como una de las alumnas Daniela, se levantaba y se metía en otra de las salas.

Nadie dijo nada, yo por respeto tampoco. Y Continuó la clase.
No noté nada extraño en los siguientes minutos que duró la clase a excepción del abandono de clase de Daniela.

- Marta ven. Dijo entonces. Prepara los cuencos tibetanos que ahora vuelvo. Marta se levantó obedeciendo y el resto de chicas permanecieron sentadas en la postura del loto.

Seguí con la mirada a José y pude ver como entraba en la misma sala desde donde no vi salir a Daniela...

Aqui pasa algo extraño pensé... Cuando salga de aquí hablaré con Javier.

Lluvia de Diciembre (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora