Capítulo 1

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Narra Ana

-¡Ana! ¡Despierta ya! ¡Luego te quejas porque siempre llegas tarde a clase y me echas la culpa a mí!

Mi hermano entró de golpe en mi habitación. Encendió la luz, cegándome por completo, y me destapó.

-Ago... - me quejé y me encogí para que la luz no me diera de golpe.

Oí como resopló y empezó a zarandearme para que espabilara.

Le ignoré completamente y sonreí cuando se dio por vencido y salió de mi habitación.

Me volví a acomodar para seguir durmiendo un ratito más, pero noté cómo mi colchón se hundía un poco por un lado y después una pequeña lengua me empezaba a chupar toda la cara.

Empecé a reír por las cosquillas que me estaba haciendo y abrí los ojos lentamente, cogiendo la carita de Bambi para que parara de chuparme.

-Ya vale, Bambi, ya me despierto.

Bambi, que era nuestra perrita desde que éramos muy pequeñitos, movió su cola con alegría y bajó de mi cama.

Me estiré un poco todavía tumbada y me levanté porque Bambi empezó a ladrar.

Cuando se dio cuenta de que ya me había puesto de pie, salió corriendo de mi habitación y la seguí.

Me llevó hasta su cuenco de comida, el cual estaba vacío, y se sentó en el suelo y movió su cola para que se lo llenara.

Miré a Agoney, el cual estaba acabando de fregar su vaso.

-¿No le has puesto de comer a Bambi?

-Qué va, te toca a ti.

Miré el reloj que había colgado en la pared, la verdad que era bastante tarde.

-No me va a dar tiempo... Y voy a llegar tarde.

-Pues haberte levantado más pronto. Yo me voy ya, que está ya esperándome abajo. - dijo saliendo de la cocina.

Rodé los ojos y resoplé.

-No sé cómo eres capaz de juntarte con ella. - murmuré entre dientes.

Agoney se giró y me miró con una ceja levantada.

-Si te pararas a conocerla mejor, te darías cuenta que no es tan mala como la pintas.

-La conozco lo suficiente como para saber que ella y yo, juntas, no vamos a estar en la vida.

-Pues ya te digo yo que si me haces caso... Es más, te enamorarías de ella.

-¿Perdón? - me empecé a reír. -  ¿Enamorarme de ella? ¡En la vida!

-Va en serio. - dijo cruzándose de brazos. - ¡Encima, con lo guapa que es!

-¿Y? ¡Me da igual que sea la chica más guapa que he conocido!

-Estás admitiendo que es guapa...

-No estoy admitiendo nada, Agoney... No líes las cosas.

Si por mí fuera | Wariam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora