Capítulo 15

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Narra Ana

-¡Ana! ¡Despierta!

Mi hermano me zarandeó con fuerza. También levantó la persiana para que la luz del sol me cegara.

Apreté mis ojos con fuerza e intenté abrir los ojos poco a poco para ir acostumbrándome a la luz.

-¿Qué pasa, Ago? - pregunté con la voz ronca de recién levantada mientras me rascaba los ojos con mis puños.

-Tienes que coger todo lo que necesites para una semana entera y meterlo en una maleta.

-¿Qué? ¿Qué coño estás diciendo?

-Tú hazme caso.

-No te voy a hacer caso si no me dices qué se te ha ocurrido en la cabeza.

-Va, Ago, no le hagas de rabiar tanto y díselo. - dijo una voz que ahora mismo era incapaz de reconocer.

-Pensé que querías que fuese una sorpresa.

Parpadeé un par de veces hasta que mis ojos consiguieron acostumbrarse a la luz y abrí los ojos al ver que el mismísimo Raoul Vázquez estaba en mi habitación.

-¿Raoul? ¿Qué haces aquí? - pregunté con sorpresa y tapándome el cuerpo con la sábana.

-Es que quería darte una sorpresa y le he pedido ayuda a Agoney. - sonrió.

-¿Pero qué sorpresa?

-¡Ay, Ana! Deja de preguntar y prepara la maleta ya. Vamos a perder el avión por tu culpa. - se quejó mi hermano. - Fijo que los demás ya nos están esperando.

-¿Qué? ¿Quién más está compinchado? ¿Y a dónde vamos?

-Cuanto antes dejes de preguntar y hagas la maleta, antes lo sabrás.

Rodé los ojos y mi hermano rió, dándome un beso en la mejilla antes de irse con Raoul.

Me senté en el borde de la cama y pasé mis manos por mi cara, tratando un poco de asimilar que tenía que hacer una maleta y prepararme a tiempo récord sin ni siquiera saber a dónde me iban a llevar.

Abrí el armario y cogí varias prendas de ropa. También decidí meter unos cuantos bikinis por si acaso.

Me metí en la ducha para darme una ducha rápida y después me vestí sin saber muy bien qué ponerme.

-¡Por fin! ¡Un poco más y nos vamos sin ti! - dijo mi hermano aplaudiendo en cuanto salí de la habitación. - ¿Por qué vas tan abrigada?

-Bueno, como bien comprenderás no me has dicho a dónde vamos, asi que no sé qué me tenía que poner.

-Cuanto más ligera de ropa vayas, mejor. Vas a pasar demasiado calor. - sonrió divertido. - ¡Pero no tenemos tiempo! ¡Ya te cambiarás de ropa cuando lleguemos!

Cogió mi mano y tiró de mí. Raoul se encargó de coger las maletas y bajar con ellas hasta su coche, donde las dejó en el maletero.

Agoney abrió la puerta de atrás y me pidió que me sentara. Luego él se sentó en el asiento del copiloto, al lado de Raoul.

Si por mí fuera | Wariam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora