El filo de aquel arpón cortó su lengua, haciéndola sangrar: saboreó su propia sangre al sentir el líquido caliente sobre el interior de su boca. Aunque en realidad prefería sentir la sangre y de otro ser, pues la suya era amarga y poco dulce.
Sus ojos amarillos se podían ver entre la sombras; su cuerpo estaba vestido con tan sólo un camisón rosa.
Salió de la oscuridad y caminó lentamente hasta aquel hombre desmayado en el suelo; sus orbes brillantes se posaron sobre el cuerpo de aquel sujeto; de prendas amarillas y cabello largo.
-Hagas lo que hagas siempre pierdes. -Susurró con su áspera voz femenina mientras que con su sai en mano, se acercaba al cuerpo caliente de Scorpion.
El filo de su arma cortó con perfección la prenda que cubría el torso del espectro, al cortarla al medio. Observó su pecho.
Luego de unos instantes, le quitó la ropa por completo; excepto aquella prenda que cubría su masculinidad.
-Guardaré tu ropa de recuerdo. Antes de acabar contigo. -Mileena sonrió mientras dejaba las ropas de Scorpion sobre una de las mesas de aquella apagada y aburrida habitación.
Con cuidado se le volvió a acercar, pero esta vez lo observó con cuidado, mirando cada centímetro con suma impresión: tenía un cuerpo hermoso, pero eran enemigos.
Pasó su mano derecha por el pecho del espectro, rasguñando su piel tersa y trigueña. Algo dentro de ella la hizo frenarse.
Sentía que su cuerpo pedía algo, aunque no sabía qué.
Scorpion y ella habían tenido muchos encuentros, y él siempre perdía las luchas. Aunque Mileena sólo le peleaba para poder verlo usar su fuerza, porque siempre había deseado tenerlo cerca; y no quería admitir que se sientía atraída por el ninja hace ya tiempo.
Él era su enemigo.
Por lo tanto.
Debían tratarse como tales.
-Scorpion... ¿porqué sos tan deseable? -Preguntó ella mientras se mordía su labio inferior.
Tenía sensaciones extrañas en su interior, había algo que le hacia desear acariciar el cuerpo tan trabajado del contrario, pero algo en su mente se lo impedía.
(.....)
Abrió los ojos con lentitud; a su alrededor había una habitación totalmente de un color grisáceo y las paredes algo demacradas. Movió la cabeza había la izquierda, encontrándose con una puerta igual de gris que las paredes y a su lado una ventana al parecer clausurada.
Luego de un corto lapso de tiempo, alguien entró por la puerta, haciéndola chirriar de lo gastada que estaban las bisagras que estaban éstas.
Scorpion no pudo ver con exactitud quién era la persona que se había adentrado en aquella habitación; pues estaba muy oscuro.
Estaba sentado en una silla de madera maciza y sus manos estaban siendo sujetadas por una soga muy ancha y áspera. Ante cualquier movimiento sus manos terminarían siendo lastimadas.
-Qué lindo, un juguetito nuevo. -Siseó una voz femenina detrás de él. Mileena colocó sus dos manos sobre los hombros de Scorpion.
-¿Mileena? -Preguntó el espectro sorprendido.
Scorpion estaba siendo sujetado de una extraña manera por Mileena. Las manos de la semi edeniana bajaron de los hombros de Scorpion y acariciaron sus pectorales, y luego siguieron bajando más y más hasta su entrepierna.
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❝ ONE SHOTS LEMMON: MORTAL KOMBAT❞
FanfictionSexo consensuado y parejas de Mortal Kombat. Entra y descubrirás los placeres de la vida en una narrativa de fanfic.