Este short se sitúa alrededor de Mortal Kombat x, cuando Mileena aún era kahnum del Mundo Exterior, antes de la revuelta de Kotal Kahn para robarle el trono.
.
.
.
Una de las características que tenía la kahnum de Outworld era que tenía buen gusto por pasar tiempo con hombres que supieran satisfacer sus deseos, o más bien era la obligación porque lo contrario significaba la muerte.
La esbelta figura de Mileena bailaba entre las telas rosas, a la luz de la luna que se filtraba a raudales por el enorme ventanal de su habitación. Tuviste "suerte", se podría decir que, ya que muchos soldados rasos ansiaban acariciar la piel de su kahnum, pero no todos tenían las cualidades exactas para hacerlo ni mucho menos tenían ese "sabor" que a Mileena la embriagaba.
Eras su soldado favorito, su compañero incomparable con quien podía pasar mucho tiempo y decirte qué hacer, y hacerlo bien por la conveniencia de mantener tu cabeza en su lugar. Mileena era una mujer muy dispuesta a castigar a quienes no cumplían con sus órdenes.
La miraste, un escalofrío recorrió tu columna mientras sus ojos brillaban y mirabas debajo de su velo transparente, sus colmillos, su boca Tarkatan, no era especialmente atractiva, pero tenía labios llamativos. Su apariencia siempre había sido cautivadora para sus enemigos, pero cuando se quitaba el velo, salía a la luz aquel ser que era adicto a comer entrañas y deleitarse mientras sus manos cortaban la piel de lado a lado para despanzurrar.
Te mantuviste rígido, a pesar de que eras un compañero recurrente en su cama y que habías acariciado muchas veces esas sábanas, tenías miedo de perder la vida, de que ella usara su boca no para besarte sino para comerte. Pero ahí estabas, cumpliendo con tu deber como cualquier otro soldado con la buena o mala suerte de ser elegido por la propia kahnum para satisfacer sus deseos.
—A veces me siento sola, y desearía que mi hermana me hubiera aceptado tal como soy...
Mileena miró hacia abajo, luciendo avergonzada, se sentó en la enorme cama de dos plazas con sábanas rosas y se inclinó. Había tristeza en sus palabras. Su corazón se hundió, "ella no es un monstruo". En el fondo, aunque podía considerarse como tal, creías que era especial, y que tenía un corazón blando a pesar de ser algo despiadada.
—¿Quien es más bonita? —te preguntó y levantó la vista, abriste la boca mientras sus ojos te acechaban, tu cuerpo se tensó—, ¿Kitana o yo?
Tragaste tan fuerte que juraste que ella lo escuchó, pero se quedó expectante y se bajó el velo. Miraste sus colmillos que no estaban dentro de lo que sería su boca, sino fuera de ella, adornando sus mejillas, eran afilados.
—Usted, mi señora —murmuraste en respuesta—, por supuesto que usted.
¿Lo dijiste con conveniencia o con honestidad? No lo sabías, pero algo dentro de ti se suavizó cuando viste aparecer una suave sonrisa en su rostro. Relajaste los hombros.
—Dame masajes... me siento estresada... —te ordenó suavemente pero con ese tono de voz áspero y ronco que hacía agitar tus sentimientos.
Te acercaste con cuidado a ella, su cabello estaba recogido en una cola de caballo, lo que dejaba visibles sus hombros y suaves trapecios. Su piel era tan suave que hundías los dedos con mucha facilidad entre su piel y la masajeabas con un movimiento circular, redondeando desde los bordes hasta el centro donde se unían los omóplatos y estaba la espina dorsal. Mileena suspiró, jadeó, disfrutando de tu tacto, tus manos varoniles y anchas la hacían delirar.
ESTÁS LEYENDO
❝ ONE SHOTS LEMMON: MORTAL KOMBAT❞
Hayran KurguSexo consensuado y parejas de Mortal Kombat. Entra y descubrirás los placeres de la vida en una narrativa de fanfic.