El pueblo de Edenia brillaba en todo su esplendor. A lo lejos habían colinas llenas de flores, y los paisajes verdes crecían sin detenerse. Todo había vuelto a la vida; ahora que Kitana Kahn había tomado el mando del Outworld.
(......)
La noble guerrera Jade caminaba por los pasillos del palacio, observando cada detalle de las estatuas, paredes y placas que había allí. Respiró hondo esbozando una sonrisa; nunca había sentido tanta paz y tranquilidad como ahora.
-Al fin algo de paz luego de tanto tiempo...-Dijo en voz alta con su suave voz. Continuó caminando hasta llegar a la sala del trono de Kitana, en donde su amiga se encontraba de pie delante de la gran ventana de la sala, observando el pueblo desde las alturas.
El cabello suave y brillante de Kitana estaba recogido en una coleta, la Kanhum no traía puesta su máscara, dejando a la vista unos suaves labios finos y color rosa tenue. Sus ojos negros resplandecían con el contraste de la luz del sol, y su piel tersa se veía perfecta desde aquella posición; Jade se mantuvo expectante centrando su mirada en Kitana, observando cada centímetro del cuerpo de la guerrera de azul. Su amiga era una princesa realmente bella, y a pesar de su edad, su belleza era tan longeva como ella misma.
-¿En qué puedo ayudarte, Jade? -Preguntó Kitana dándose vuelta, mirando a Jade con una sonrisa cálida. A un ritmo lento se acerco hasta la noble edeniana.
-Sólo quería verte y charlar. -Se quedó en silencio unos segundos. -Claro...si no estás ocupada. -Acabó por decir, tomando asiento en uno de los asientos de la sala.
Kitana la observó, tomando asiento a su lado y quitándose la banda que llevaba en la cabeza. La dejo sobre una cómoda y tomó las manos de Jade.
-¿Qué clase de amiga sería si no tuviera tiempo para estar con la mejor chica del mundo? -Preguntó mirando incrédula a Jade, la de verde solo una carcajada haciéndola reír.
-Kitana, no hay que exagerar.
La kahnum solo se abalanzó sobre Jade y la atrapó entre sus brazos dándole un fuerte y cálido abrazo; Kitana apoyó su mentón sobre el hombro de su compañera y bajó la mirada, observando la espalda de Jade.
-Si vos no hubieras estado junto a mí, te juro que no hubiera podido contra Shao Kahn. -Declaró con melancolía la princesa.
-Lo hiciste bien, Kitana, yo siempre supe que eras capaz. -Jade se separó y apoyó su mano derecha sobre la mejilla de Kitana, acariciando su rostro la yema de su dedo pulgar.
Los ojos de las guerreras se cruzaron, perdiéndose en el fulgor de sus hermosos orbes; sus miradas se mantuvieron fijas, y no se separaron luego de un largo tiempo. Kitana sintió como un calor extraño subía desde su estómago hasta su rostro; y un pequeño revoloteo en su interior le hacía cosquillas.
Extrañamente cada vez que estaba cerca de Jade aquel cosquilleo se hacía presente, siempre se sentía relajada y protegida cuando estaba cerca de su mejor amiga; el amor que sentía por ella era tan grande que no tenía forma de explicarlo.
-Recuerdo cuando éramos niñas y corríamos por los prados intentando atrapar mariposas juntas. -La kahnum cerró los ojos luego de hablar, dejando que aquellos recuerdos se hicieran dueños de su memoria, sonriendo involuntariamente sin dejar de recordar.
-Gracias por haber compartido aquella infancia junto a mí, Kitana. -Jade agradeció. Su compañera abrió los ojos y se levantó con cuidado, caminado hasta la ventana, y llamando a Jade con su mano.
La de verde se fue con su amiga, y se paró a su lado, observando el pueblo, y desde lo lejos se veían aquellos prados verdes llenos de flores y mariposas. Jade sonrió mientras en las colinas las figuras de ella y Kitana de niñas se hacían presentes como dos fantasmas y corrían felices desde lo lejos, riendo y atrapando mariposas sin tener preocupaciones de nada.
Luego aquellas figuras se esfumaron dejando el lugar vacío.
-Quiero volver a correr junto a ti...-Habló la princesa mirando a su fiel amiga; esta la observó y asintió suavemente.
Kitana tomo rápidamente la delicada mano de Jade y corrió hacia la puerta, dejándola abierta y yéndose de allí. Ambas comenzaron a correr por el palacio, la princesa tiró sus guantes, Jade hizo lo mismo y continuó corriendo. Salieron del palacio dejando a sus guardias algo confundidos. Corrieron como dos niñas por el pueblo mientras se daban empujones y tomaban frutas de los vendedores ambulantes. Corrieron mientras reían y no paraban, lanzando flores por el aire, hasta llegar a la colina justo en la puesta del sol, cayendo derrotadas por las carcajadas y el cansancio de haber corrido tanto.
Sus respiraciones agitadas hicieron que se recostaran sobre el pasto, observando las nubes sobre el cielo.
-Extrañaba jugar así...-Kitana habló con su respiración entre cortada, girando su vista hacia Jade quien estaba recostada a su lado, y también agitada.
-La vida tiene idas y vueltas, Kitana. -Contestó su amiga, mirándola también.
De nuevo sus miradas se cruzaron, había tanto amor y fidelidad en ellas, habían tantas conexiones y recuerdos compartidos. Habían tantos anhelos que vivieron juntas, sin duda su amistad era un lienzo dorado que las mantenía unidas, era un lienzo irrompible que cada día se hacía más fuerte, era un lienzo que jamás las separaría. Y ambas lo sabían, sabían que aquel lazo entre ellas duraría para siempre, sabían que su amor era mutuo, que su amistad era de hierro, y que su amor era sincero.
Pasando de ser amigas, a ser dos seres inseparables, pasando de ser dos niñas a ser dos mujeres hermosas y unidas, pasando de amarse a nunca olvidarse, y pasando de quererse a unirse en la eternidad.
Kitana se sentó sobre el césped y se acercó a Jade, quien estaba sobre el suelo, esta observó a su kahnum y le dió un suave beso en los labios; uniendo su saliva dulce en un irrompible contacto exquisito. Al separarse, se miraron y Kitana se subió sobre su amiga.
-Te amo...-Declaró la de azul pasando sus delicadas manos sobre la cintura de Jade, ésta solo se ruborizó y con sus manos tomó el suave rostro de Kitana, volviéndola a besar. La kanhum tomó los pechos de la de verde y comenzó a acariciarlos por encima de su ropa, haciendo excitar a Jade de manera en la que ésta soltó un gemido suave sobre los labios de Kitana.
La princesa acarició las piernas de Jade, pasando su mano derecha por las bragas de su compañera, que se comenzaban a humedecer por el tacto tan exigente. Sin pensarlo dos veces, Jade se quitó la parte superior de su vestimenta, dejando a la vista sus pechos apretados por su bra. Kitana observó sus senos y se mordió el labio.
- ¿Y si continuamos esto en casa? -Preguntó la kanhum.
(....)
Holii, chicos, la segunda parte ya está en proceso! Solo espérenla y espero les haya gusto este capítulo.
Apofis_
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❝ ONE SHOTS LEMMON: MORTAL KOMBAT❞
FanficSexo consensuado y parejas de Mortal Kombat. Entra y descubrirás los placeres de la vida en una narrativa de fanfic.