4. Un Sueño.

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Jimin se recostó en su cama, las palabras que acababan de escuchar de Jungkook le dolían, pero que podía hacer para remediar el presente. Solo estaba allí por el bien de su hijo. Sunoh se había incorporado muy bien a vivir en el palacio y con frecuencia caminaba a lado de su padre cuando este recorría los jardines, eran muy parecidos físicamente.

Así que no podía solo salir huyendo de allí, aunque cuando quisiera irse la tendría fácil pues el alfa le había dado una casita pequeña alejada del castillo, casi pegada a los límites del bosque.

Se tapó completamente, esa tarde había sentido mucho calor, su cuerpo le ardía, no estaba muy al pendiente de sus celos después que el alfa desapareciera, pero ahora suponían una molestia, el estar cerca de él su cuerpo reaccionaría.

Y si horas más tarde, allí estaba echo bola temblando de excitación, había quedado sin palabras al verlo con ese traje con los botones entreabiertos, las manos en los bolsillos y ese mirada ladina, Jungkook era el alfa más atractivo del mundo, pero era su ex esposo.

Cerró los ojos y recordó la última vez que el había usurpado su cuerpo, a el alfa nada lo detenía, en cuanto sentía sus feromonas altivas se abalanzaba sobre él, pero que demonios, su cuerpo se hallaba necesitado y su toque era un auténtico placer, recordaba como el entraba a su alcoba y lo sujetaba duro contra la cama. Es que era un tanto cruel pero su cuerpo justo así lo necesitaba como él lo hacía. Era sujetado hasta que el alfa se satisfacía y se iba dejándolo allí desmayado de placer.

Se retorcio en la cama, había avisado a una de las chicas de cocina que el no estaría disponible varios días, así que tenían que cuidar de su hijo, así que se perdió en la excitación cuando tomó su erección y comenzó a sobarla para poder liberar el fuego que lo estaba quemando.

Minutos después su liberación fue acompañada de un gemido largo.

Trato de dormir su cuerpo se dejo ir en una hermosa oscuridad.

Respiro el aire y un olor a mango lleno la habitación.

- ¿Jungkook?

Un momento después volteó y miró hacia la puerta que alguien había abierto y entrado.

- ¡Maldicion!

Fue lo último que dijo por que el alfa se abalanzó sobre el y lo sometió de un jalón.

- ¿Jungkook que haces? ¡Sueltame!

Pero él no contesto solo comenzo a desnudarlo.

- Es tu noche de bodas deberías estar con tu nueva esposa.

Pero nada le importo al pelinegro, minutos después Jimin dejó de hablar y disfruto de la manera en que era penetrado, solo arqueo su cuerpo para poder darle cavidad.

- ¡Joder! Había olvidado esto.

Jimin cerró los ojos y sus manos fueron liberadas, pues las manos del pelinegro sostuvieron sus caderas para ponerlo firme.

- Jungkook....

Pero no pudo decir nada, el puso sus piernas en sus hombro y empujó dentro de el.

Jimin se fue directo al camino del placer sin retorno, no fue consciente de nada solo permitió que su cuerpo vibrará al compás de las estocadas del alfa.

Minutos después sintio que su cuerpo no soportaba el placer y se dejó ir en las sensaciones de extrema sensibilidad y relajación.

Y como en el pasado cuando el alfa lo miro como enloquecia y sin piedad lo hizo despertar por las fuertes penetraciones que de nuevo lo traían a la realidad para arquearse ante el renovado placer, una segunda corrida basto para que el alfa se volviera loco.

Cuando el amor espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora