38. Soy tuyo

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Jimin caminaba por el pasillo viendo la nevada, su mente estaba tranquila.

Se sentía más confiado, con fuerza y esperanza, estar en harmonía con su lobo omega le hacía sentirse ansioso por la cercanía de Jungkook como en el pasado. Lo consolaba un poco que él se sintiera de la misma manera.

Había olvidado lo que era mostrar su amor.

Amarlo en secreto había sido doloroso pero fácil, no esperar nada de él, conformarse con verlo sano, criar a su hijo con amor, mantenerse cerca a pesar de su propio dolor, todo eso formaba parte de su día a día.

Pero, ahora era distinto, se detuvo en el barandal, se recargó sintiéndose pleno.

Amarlo libremente y ser correspondido era increíble.

Su voz había resonado en su mente durante toda la mañana, demasiado curioso a cerca de sus razonamientos, le gustaba, era un placer recién descubierto estar en conexión de esa manera, ni siquiera hacía falta que estuvieran juntos para que se sintieran acompañados.

- ¿Me amas?

Por fin lo podía decir sin que eso lo lastimara.

"Lo hago con toda mi alma"

Jimin sonrió como un tonto.

"Yo te amo a ti"

Era la primera vez que se lo decía después de su confesión, escuchaba la fiesta que estaba armando él en su mente.

"Voy por ti"

Jimin se puso ansioso y miró por el pasillo esperando a verlo, su cuerpo se sentía en tensión, quería ir a encontrarlo pero se contuvo, ya no había necesidad de buscarlo, ahora tenía la confianza en su amor, vendría por él.

Un par de minutos después lo observó que caminaba con demasiada confianza hacía él, eso era lo que mostraba pero, en realidad estaba demasiado inseguro de ser rechazado como en la mañana. Jimin lo esperó sonriendo.

Se detuvo a su lado observándolo con la mirada dulce, el también hizo lo mismo, incluso pudo entrar a su mente con mucha facilidad, se rió tapándose la cara sonrojado por encontrar todos los pensamientos tan cálidos y atrevidos que tenía con el, con eso bastó y salió de su mente, él se acercó y lo abrazó por la espalda, poniendo su boca cerca de su marca, dejando un beso en ella.

- Te amo.

- Lo sé.

- Quiero hacerte el amor.

Jimin lo golpeó con su codo apenado.

- Rey, compórtese.

- Es la verdad, además, sé que tu también lo deseas.

Su voz era tan gruesa, siguió besando su cuello, Jimin se estremeció, que más podía hacer, el aroma de Jungkook era a mango maduro, su mano se encajaba en su cadera atrayéndolo a él con necesidad, en su mente se desarrollaba un hermoso camino hacía el placer mientras que su lobo omega se dejaba amar por el lobo alfa, envolviéndolo en una nube de feromonas.

La mente de Jimin complementó sus sensaciones creando una imagen demasiado vivida de ellos dos desnudos y entrelazados. Jungkook gimió besándolo con más pasión, Jimin giró entre sus brazos y lo besó para que no hiciera ruido pero, esa acción rompió el poco control que había en los dos. Continuaron besándose hambrientos, él lo sostenía del trasero mientras que Jimin jugaba con su pelo, jalándolo con deseo.

- Vamos.

Jungkook caminó subiéndolo a sus caderas, mientras que él no dejaba de besarlo, había perdido la razón, ahora mismo lo único que importaban eran ellos dos. Entraron a la recámara, tras cerrar la puerta Jungkook lo empotró contra esta derritiéndolo con su necesidad, pero había algo más, Jimin podía sentirlo, era algo más calido, él quería hacerle el amor con la finalidad de embarazarlo. El gimió pues no había cosa que deseara más que volver a tener un cachorro de él en su vientre.

Cuando el amor espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora