14. La cercanía

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Sunoh tardó en dormirse, Jungkook tuvo que llevarlo con él al despacho, sentía ya demasiada desconfianza con la gente a su alrededor, tener a su hijo durmiendo a lado suyo lo hacía sentir tranquilo. Besó su mejilla y acarició su cabello.

Se levantó y salió del despacho, aseguró la puerta con llave, siendo muy cuidadoso que nadie hubiese visto que allí estaría su hijo.

Caminó rápidamente hacia fuera del castillo, tenía que ir a calmar a su omega, el estaba sufriendo, sentía una presión en su pecho, el olor a miel se hizo presente en cuanto puso un pie fuera del castillo. Solo se dirigió hacia el bosque y cuando ya estuvo adentrado se transformó en lobo. Comenzó a correr a lo largo de la orilla bordeando la roca del lindero.

Se detuvo cuando el aroma y la sensación de su pecho se hizo demasiado intensa.

Solo se escondió detrás de unos árboles y vio la casa de su omega a lo lejos, se quedó allí sintiendo todo lo que el en ese momento estaba sintiendo, sintiendo su aroma demasiado dulce, el siempre había sido todo lo que odio, lo dulce a su lobo le parecía demasiado empalagoso, pero percibirlo era una costumbre para él.

Ahora su lobo lo buscaba constantemente preguntándose dónde estaría, Sunoh parecía ser una extensión de el, pues el hermoso lobito siempre olía a miel como su padre.

Se acercó un poco más cuando el viento golpeó hacia el lado contrario llevándose el aroma dulce, cuando estubo más cerca decidió solo estar un poquito más.

Se acostó y se mantuvo solo esperando que el omega se durmiera, y así se calmara esa necesidad de ir a abrazarlo.

Lo había hecho en el cautiverio durante esos años de soledad, ya estaba acostumbrado a solo esperar que el fuera a su rescate o ahora mismo a que se durmiera.

Ya no podía culparlo por buscarlo, el había hecho bien en quedarse con Sunoh, su hijo había sido más importante y se sentía agradecido por eso.

Sin embargo solo sentía eso, agradecimiento, no pretendía crear proximidad ni siquiera amistad. Su lobo se había sentido complacido al escuchar el relato de Taehyung y luego la confirmación de el mismo diciendo que si había sufrido cuando el desapareció.

Pero no había más. Siempre peleo con su lobo por lo mismo, él siempre había sentido satisfacción al tener a Jimin a su merced pero a Jungkook solo le molestaba su presencia.

Ahora que el sabía que Yuri no era su esposa, las cosas no tendrían por que cambiar, estaba decidido a dejarle las cosas en claro en cuanto el comenzara a actuar de nuevo meloso con el.

Jimin se puso en alerta cuando un aroma a Mango le llenó las fosas nasales, se sentó de golpe, limpió sus mejillas y se asomó por el filo de la ventana.

Después en la puerta, tras revisar por todos lados se dio cuenta que el olor provenía del bosque. Se sentó en el suelo del lado de la pared, cerca del bosque, inhalando el delicioso aroma.

Era casi media noche y aún no podía dormir, dudaba que pudiera, se sentía tan enojado y traicionado, pero a la vez, se sentía tan insignificante.

Jungkook siempre tuvo el poder de hacerlo sentir mal, pero él siempre pensaba que solo era cuestión de tiempo para que él lo marcase, pero ahora, ya no quería su marca, ni siquiera quería verlo.

Todos y cada uno de los detalles que él había tenido con la omega, los recordaba y le dolían. Su lobo omega se sintió tan abandonado y lastimado.

Pero todo había sido una farsa, el se había ensalzado en hacerlo sufrir. No sabía cual era su necesidad de hacerlo sufrir tanto, su lobo omega yacía llorando, una y otra vez el lo había despreciado, aunque no fuera cierto él sentía como si ese alfa lo hubiese abandonado y se sentía vacío. Luego él le quitó a su hijo.

Cuando el amor espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora