caminabas por las calles del centro de la ciudad escuchando con tus audífonos "shameless", tú canción favorita, mientras seguías a los chicos que estaban completamente cubiertos recorriendo la zona.
sólo estabas acompañándolos porque a todos les gustaba tu silenciosa compañía. en un cambio de canciones te diste cuenta que habían llegado a un lugar muy lejos de donde habían aparcado las camionetas y todos los chicos estaban dispersos.
entraste buscándolos con la mirada a una atracción de columnas con faros. los admirabas mientras caminabas entre ellos en zig-zag hasta que viste a san de espaldas que veía a la nada.
caminaste silenciosamente mientras pausabas melting y te quitabas los audífonos. recargada unas columnas antes, mirabas en silencio a san.
pensabas en que gracias a él y a su pay de limón tenías el increíble trabajo en el que te encontrabas ahora en el cual te podías dar tiempo a tu persona.y fue ahí cuando reaccionaste que nunca le habías agradecido por eso.
san volteó mientras seguía viendo los faros de aquellas columnas y ahí prestaste más atención a su persona; venía vestido con una playera y pantalón negros, estaba descubierto de la cara y con el cabello tapandole un poco de sus ojos, traía sus primero botones desabrochacos y su pecho blanco y limpio se podía ver. te quedaste atontada viéndolo.
cada día querías más que ese sentimiento que empezaba a surgir desde aquella comida con pizza en tu restaurante favorito desapareciera, eso que sentías cada vez que hablábas con él cuando salían a comer o en la empresa, o por mensajes y llamadas, cuando tenía detalles pequeños contigo.
no te imaginabas una relación con san, era simplemente tonta tu idea compartiendo tiempo y afecto con él. lo querías demasiado, tanto que te dolía porque sabias que tus preocupaciones en casa eran mucho más grandes que el amor que podías llegar a sentir hacia san.
—¿no es linda la noche?
saliste de tus tristes pensamientos y volviste tu vista a su cara.retomaste tu postura y caminaste hasta su lado—. sí, muy linda y más con estos faros.
volteabas a verlos con tus manos en tu abrigo.—¿quieres caminar?—. san comenzó su caminata e intuitivamente lo seguiste.
avanzaron unos cuantos metros en silencio hasta que él rompió el silencio—. haneul... ¿a ti te gustan los chicos tiernos?soltaste una corta y tierna risa y paraste tu paso hasta una banca—. ¿por qué preguntas?—. tomaste asiento y san retrocedió hasta sentarse junto contigo.
—es sólo que veo que te gusta mucho cuando los demás chicos actúan tiernos—. metió sus manos entre sus piernas y las estiró un poco con un puchero, si supiera lo tierno que se ve.
—bueno, tú igual eres tierno.
—¿eso quiere decir que te gustan los chicos tiernos?
—sí, creo que sí—. le sonreiste y volteaste la mirada hacía enfrente.
—¿entonces te gusto?—. sentiste cómo tú corazón y toda tu sangre bajaron hasta tus pies y regresaron hasta tus mejillas.
—no— soltaste seca y rápidamente, fue tu primer método de protección a tan repentina y tosca pregunta.
—bueno, yo creí...
moviste tu cuerpo para verlo un poco de frente—. no, no es que no me gustes, sí me gustas es sólo que no creí que me lo ibas a preguntar tan... rápido.
—¿te gusto?—. pudiste ver como te dio una pequeña sonrisa, entonces ahí te diste cuenta de lo que habías hecho.
te paraste de golpe de la banca y san te veía confundido—. no, yo...
la mirada de san se apagó y te veía atento—. haneul siéntate—. obedeciste y te sentaste a su lado. no volteabas a verlo por pena, sólo veías el suelo—. me gustas haneul.
volteaste a verlo y él ya te miraba con una sonrisa.
mordiste tus labios y agachaste de nuevo tu mirada mientras recostabas tu cuerpo en la espalda de aquella banca.
—¿yo te gusto haneul? dímelo sin miedo, nada cambiará entre nosotros si yo no soy correspondido.
—me da miedo—. suspiraste y entrelasaste tus manos. lo miraste a los ojos; confusión, eso era lo que expresaban.
—nada cambiará entre nosotros, lo prome...
—no, me da miedo perder el trabajo, y perderte a ti y a los chicos.
—te juro que no perderás el trabajo, yo hablaré con quien tenga que hablar, pero por favor intentemoslo. te prometo que no perderás nada—. posó su mano sobre las tuyas—. si te ayudé a conseguirlo te ayudaré a que te quedes en él. pero te quiero en mi vida, y te quiero conmigo y en la empresa.
sonreiste y sacaste de tu bolsillo un cubrebocas y se lo pusiste.
—¿ésto por qué?
—porque así si hago esto... — te acercaste a él y le dejaste un beso en su mejilla—. nadie que te vea aquí sabrá que eres tú.
te paraste y comenzaste a caminar hasta la camioneta. fue ahí donde te diste cuenta que por san, tu perderías todo, mientras estuvieras con él.
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𝖘𝖆𝖓 𝖗𝖊𝖆𝖈𝖙𝖎𝖔𝖓𝖘
Fanfictionsiempre es lindo imaginar las situaciones en las que podrías implicarte con Choi San. -libro 1 de 8 de la colección reaction books de ateez. -2020 ©sxtangxrl