Efímera la felicidad, efímero el dinero, efímero el amor, cinco minutos diarios más tres de atención: no vivís por más, aunque si luchando porque no sea cada vez menos, no sentís más, pero si alardeas de cada gota de veneno, que te toca, que te ganás, que de una forma u otra son solamente para vos, aún así, aunque coagule tu sangre, aunque corte tu respiración, seguís bebiendolo, como si te brindara vida, como si te arreglara la salud, como si te diera el amor suficiente, ese mismo que sale de vos, pero, para, que poco a poco te vas matando, porque resulta siendo una droga, que te muestra una falsa felicidad, que te muestra lo efímero del momento, de las ganas, pero siempre llega un rápido final, en verdad, para, mira tu al rededor, ponele las ganas esas a tu vida, que te sabrá premiar mejor, que te sabrá dar algo más que una simple efimeridad.