Me tocó una mente loca, una mente analítica, celosa, posesiva: los demás fácilmente llegarán a decir que pueda que esté algo loco, los demás podrían llegar a señalar sin tan siquiera mirar. Entonces decidí, hace ya algún tiempo, que la gente no debe tener opinión en lo que en realidad pasa conmigo, sencillamente porque la inseguridad la crea un demonio interno forjado por ellos, sinceramente porque la opinión de terceros por algo personal es el peor de los males que acosa nuestra humanidad; pero, vení, a vos que estás por fuera ¿qué te ha de importar? ¿Por qué tanto afán de hacer de su palabra ley en donde no cabe opinión externa? En vez de ello, por qué no simplemente apoyar, ayudar a levantar algo que ya solo se destruye; pensá en la situación ajena, no hagas lo que sabes que afectará a quien tenés en frente.
La solución está en apoyar. La depresión, la sensación de soledad y la desconfianza acaban con cualquier ser humano. Apoyá, no necesitas hacer nada más.