El valor del todo depende de nuestra perspectiva. Nos indignamos porque no nos valoran igual, nos sentimos decaídos porque, para los demás si, pero para nosotros no; se nos viene el mundo encima cuando pasan por alto los grandes detalles que logramos tener, con muchísimo esfuerzo y dedicación; sobrepensamos todo con tal de no fallar en el intento que hacemos para alguien mas; ponemos por delante de nuestros intereses su deseo mas cercano, incluso, apagando nuestro propio fuego si es necesario. "No amamos a las personas porque son valiosas, las vemos valiosas porque las amamos", y, aún más importante, recordá que el amor propio es el primero que tenés que conocer y no, jamás lo olvides, el amor no es ciego, nunca lo es, el amor es como la luz del sol, si la ves directamente te enceguese, pero, si la usas a tu favor, podes ver hasta más allá de tu horizonte.