No te olvides del día en que nos conocimos, no te olvides del primer momento en que me hablaste. No te olvides de todas esas cosas que me hacen reír, no te olvides de los días que estaba triste y tú me consolaste.
No te olvides de mí.
ATENCIÓN: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CAMBIOS EN COMPARACIÓN CON LA EDICIÓN ANTERIOR.
No se olviden de leer las notas al final de los capítulos, por favor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦
GRIS
◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦
—Stiles... espera, te juro que lo que viste no es lo que piensas.
Ayleen estaba corriendo detrás de su novio, quien anteriormente le había dado un golpe al Barry de tierra-x y había salido hecho una furia.
Al parecer habían logrado ahuyentar de los laboratorios a los nazis y el equipo había logrado salir de tierra-x, con un par de personas extras y un Barry era uno de ellos. Stiles había visto aquello y había mal interpretado todo, aunque Stiles jamás se lo dijo a su novia, él siempre se sintió algo celoso de la conexión que tenía con Barry, no importaba de qué tierra fuera, algo en la forma en la que se miraban le provocaba celos y aquello solo había sido el empujón suficiente para explotar. Claro que, Stiles no sabía que ese era el Barry de tierra x, por un momento Ayleen tampoco, pero después lo entendió todo.
Scott llegó en ese momento, había visto lo que acababa de pasar, así que colocó una mano en el hombro de su hermana intentando darle apoyo, sabía que todo tenía una explicación lógica.
—Iré a hablar con él, tranquila.
Ayleen le agradeció con la mirada y se giró en dirección contraria, quería golpear al Barry de tierra-x. Pero no podía hacerlo aún, tenían que ir a la Waverider, donde Caitlin y Gideon hacían todo lo posible por mantener el Dr. Stein con vida.
Mientras Ayleen caminaba por los pasillos de la Waverider se dio cuenta de algo; sus poderes no estaban funcionando, ni los de meta-humano ni los de lobo. Por más que trataba de escuchar a alguien no podía y tampoco sentía esa electricidad tan familiar en su cuerpo. Se pasó las manos por el pelo y trató de no entrar en pánico. Pensó que Eobard solo le había inyectado algún tipo de tranquilizante, pero ahora sabía que no era así.
Entró al primero cuarto que encontró en la nave y buscó un espejo, cuando llegó a el trató de hacer que sus ojos se iluminaran y lo hicieron, pero solo por un par de segundos y después se apagaron, no podía mantenerlos iluminados, ni sus ojos, ni su cabello, además de que ahora solo podía verse nuevamente el tono morado.
—Tienes razón, son idénticas. —Ayleen dio un pequeño salto en su lugar al escuchar de repente aquella voz y se giró para encontrarse con dos hombres mirándola.
