XXI. Confusión

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Ayleen no sabía exactamente qué estaba haciendo ahí; simplemente comenzó a caminar por los laboratorios y terminó en las celdas para meta humanos, más específicamente en la celda que contenía a su padre

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Ayleen no sabía exactamente qué estaba haciendo ahí; simplemente comenzó a caminar por los laboratorios y terminó en las celdas para meta humanos, más específicamente en la celda que contenía a su padre.

El hombre parecía estarla mirando sin expresión alguna, su rostro serio, pero su mirada... Ayleen sentía escalofríos de recibir esa mirada. Tenía curiosidad de lo que hacía él ahí después de tantos años.

—¿Acaso no te alegras de verme, bichito? —Preguntó con una sonrisa que hizo que a la chica se le erizara la piel.

—¿Parezco feliz de verte? —Respondió ella cruzando sus brazos por encima de su pecho. No quería demostrarle ningún tipo de expresión a ese hombre, ni miedo, ni tristeza, tal vez sí su enojo y el odio que le tenía, pero sabía que no podía verse débil ante él.

Nada más verlo ahí la hacía recordar todas esas veces que su madre lloró por él, todas esas veces que la golpeó. Odiaba quedarse sola en casa con él, era tan solo una niña de cuatro años; una nena inocente que quería a su papá, a pesar de que él apagara los cigarrillos en su cuerpo, todavía podía recordar el ardor y dolor que eso le producía.

En una ocasión tiró a su hermano por las escaleras, ella a pesar de ser una niña de menos de un metro se enfrentó a él por haber hecho aquello y terminó recibiendo una bofetada como respuesta.

La gota que derramó el vaso fue aquella vez que llevó a sus "amigos" que no eran más que borrachos y drogadictos. Su madre aún no llegaba del trabajo, ella se encerró en su cuarto porque tenía miedo; y uno de esos bastardos logró entrar al cuarto porque su padre le dio la llave para que lo hiciera...

—Le rompes el corazón a tu pobre padre. —Dijo él sacándola de sus pensamientos.

—¿Acaso mi pobre padre... —Preguntó haciendo comillas con sus dedos? — tiene un corazón?

—Vine aquí por ti, bichito. Para que seamos una familia feliz.

—Yo ya tengo una familia y tú no eres parte de ella. —Respondió Ayleen apretando la mandíbula. — Nunca lo fuiste.

Tras decir aquello último cerró la puerta metálica que le permitía ver la celda y escuchó los golpes y gritos que daba su padre en el cristal.

—¡Voy a salir Ayleen y serás la primera por la que vaya!

—Te estaré esperando... —Susurró para sí misma y salió de ahí directo al córtex, topándose con los demás caminando por el pasillo con sus trajes puestos.— ¿A dónde van?

—Los encontramos, iremos hacia ellos. —Respondió Barry.

—Bien, voy a ponerme mi traje e iré con ustedes...

—No. Queremos que te quedes aquí... —Murmuró el velocista y Ayleen lo miró con las cejas alzadas. — Ayleen, sé que quieres ayudar, pero aquí van a quedarse otras personas, tenemos que pensar en que, si algo sale mal, alguien tiene que seguir aquí para dirigir la situación. Scott se queda también y dijo algo de llamar a un tal Parrish si era necesario.

Purple² | Teen Wolf x The Flash.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora