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Capítulo 5

El fin de semana de la ComicCon había llegado. Me había pasado la semana preparando todo lo necesario. Había montado mi stand, con la ayuda de mis amigos y había escogido minuciosamente las láminas que llevaría para vender, además también había hecho unas cuantas pegatinas por si a la gente le gustaban más. Y por si fuera poco todas las personas de clase y de las facultades de mis amigos se habían enterado, en parte debido a ellos.

- ¿Nerviosa? – inquirió Mingi.

- Bastante. Los próximos tres días estaré delante de gente, relacionándome con ellos para que compren mis obras – suspiré.

- ¿Te asusta socializar? – inquirió Yunho - ¿Desde cuándo?

- Socializar no me asusta, me asustan los desconocidos con los que pueda toparme – reí.

- Todo va a ir bien.

- Nos tienes aquí – dijo Marie.

- Además, considerando que esta ComicCon es cutre y llena de gente rara y sin expectativas.

Todos miramos para HongJoong, el cuál había dicho aquella frase sin inmutarse. A todos nos pareció un desprecio, pero especialmente a mí, que me lo había tomado como algo personal. Puede que la convención no fuera grande, ni de las mejores, pero tampoco hacía falta decir algo así.

Para aquel fin de semana, nos habíamos organizado de forma para que nunca estuviera sola y así no me pudiera aburrir. Como la ComicCon sólo duraría dos días, los turnos habían sido fácil de organizar. La primera sería Marie, la cuál no estaba pasando su mejor momento y el último HongJoong que, para mi desgracia había sido metido dentro de los turnos contra mi propio aburrimiento.

- ¿Y si viene Rose?

Miré para Marie. Era muy poco probable que su ex se presentase en una convención friki, y mucho menos en una poco conocida.

- Marie...

- Podría venir.

- ¿Le gustan estas cosas?

- No especialmente.

- No creo que te la vayas a encontrar aquí.

Era consciente que lo estaba pasando mal con la ruptura. Hacía un par de meses que se habían dejado y por desgracia los problemas no habían cesado desde entonces. Su relación había sido un tanto tóxica y, como era de esperar, su ruptura también lo estaba siendo.

- ¿Hasta el momento has vendido algo? – inquirió Yunho, cuando hubo relevado a Wooyoung.

- Unas pegatinas – contesté.

La verdad es que no estaba vendiendo realmente mucho. Esperaba que, por la tarde y el domingo, vendiera más.

Por suerte, mis compañeros de facultad no se hicieron derogar y fueron apareciendo por mi puesto, emocionados y orgullosos de ver que una de nosotros podía vender su arte en un puesto. También se pasaron compañeros de facultad de mis amigos. Era agradable ver a gente conocida, aunque simplemente se pasara para cotillear, como algunos compañeros de los chicos o para comprar lo más barato por cortesía.

- Seguro que ahora vendes más – dijo HongJoong cuando llegó para hacerme compañía.

- ¿Y eso por qué?

- Obvio, porque estoy yo – dijo guiñando un ojo.

No pude evitar soltar una carcajada. Él me miró fijamente, quizá algo ofendido por mi repentina risa.