Capítulo 8

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Ya nos habíamos separado de Wooyoung y nos dirigíamos a mi casa. Pero no dejaba de pensar en lo tensa que podría ponerse la situación cuando me vieran a parecer por la puerta con un chico al cuál no conocían. Sin embargo, lo hecho, hecho está y también sabía que no lo iban a echar de casa así sin más.

- ¿Por qué te trajiste la cámara?

- Para buscar inspiración.

- Se me hace raro que alguien venga a buscar inspiración aquí – comenté – Yo, como la conozco tanto, ya no me inspira nada – sonreí.

Cuando llegamos a casa, abrí la puerta despacio y anuncié mi llegada. No quería pillar desprevenidos a mis padres ante mi inminente llegada con mi invitado.

- Mamá, traje a un amigo a casa – dije cuando vi a mi madre – Este es JongHo – lo presenté.

Mi madre lo miró de arriba abajo y frunció los labios. Primer indicio de que no le gustaba su presencia ahí.

- ¿Quién es este?

- JongHo, un amigo. ¿Te acuerdas de los chicos con los que me llevaba de Tumblr? Pues él es uno de ellos. Ha venido a Londres y nos hemos encontrado y quería saber cómo era la ciudad y eso – expliqué.

- ¿Aún encima te traes a alguien que no conoces físicamente?

- ¡Mamá! – protesté – Somos amigos desde hace años y llevamos semanas viéndonos en persona.

- ¿En dónde va a dormir?

- En la habitación de invitados – dije.

- Tienes suerte que tu padre se haya ido a pescar – sentenció mi madre.

- Vale. JongHo, ven, te enseñaré tu habitación.

Había sido exactamente igual a cómo había predicho. Por lo menos le dio de cenar, aunque la cena no fue tan incómoda como podría haber pensado. En el fondo mi madre era una persona simpática y afable, cariñosa con todo el mundo, aunque quizá un poco sobreprotectora con su única hija. Considerando que ya no le había gustado que cuando me fuera para Londres hubiera alquilado un piso con Wooyoung, siendo él una persona a la que literalmente conocía desde que naciera, se podía entender por qué no le hacía gracia que estuviera ahí JongHo.

- Tu habitación es igual que cuando hacíamos Skype – observó él.

- No ha cambiado mucho desde entonces – comenté.

- Tus habitaciones son muy estéticas. Y me fijo que tienes dibujos de cerditos.

Sonreí.

- Sí.

- ¿Sigues queriendo un cerdo como mascota?

- ¿Te acuerdas de eso? – reí – Pues sí, sigo queriendo un cerdo como mascota.

Tenerlo en mi habitación había desatado un millón de recuerdos que creía dormidos. Pero ahora todos se habían desatados y se agolpaban en mi mente, viendo como si fuera una película, millones de momentos vividos con aquellos chicos. Puede que no lo hubiéramos vivido en primera persona juntos, pero sí de un modo los habíamos vivido juntos.

- ¡Hey, pero si tienes mi dibujo! – dijo JongHo orgulloso – Me acuerdo de que os había enviado uno a todos por Navidad.

- Sí, claro que lo tengo. Nunca me desharía de él.

- Era pequeño cuando lo hice, vamos, han pasado muchos años. De aquella aún quería ser ilustrador – dijo sonriendo.

Había pasado mucho desde aquellas Navidades en las que todos nos enviáramos regalos por mensajería.

Tumblr [ATEEZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora