¿Qué hacemos? (MALEC)

«54»

Llegamos al restaurante y Magnus me abrió la puerta.

-Muchas gracias.

-Magnus: De nada esposo mío.

Me dio un beso.

-?: Hola, bienvenidos soy Maria y hoy voy a ser su mesera. Por aquí señores Bane.

Magnus me tomo de la mano y fuimos a una de las mesas privadas.

-¿Por qué siempre comemos en estas mesas?

-Magnus: Porque no quiero que nada nos moleste.

Entramos y Magnus me ayudo a sentarme.

-Maria: Aquí están los menús, vendré en un rato para tomarles la orden.

-Magnus: Seguro. Gracias.

Me tomo de la mano.

-Magnus: Te tengo un regalo.

-¿Si?

-Magnus: Si.

Saco una caja pequeña de su bolsillo.

-¿Qué es?

-Magnus: Abrela.

Me guiño un ojo.

-Bien.

La abrí y era una cadena de plata con un cuadrado y estaba escrita una lera M.

-¿De Magnus?

El abrió su camisa y había una igual pero con la letra A.

-Esto es lo más cursi del mundo.

-Magnus: ¿Te gusto?

-Claro que si. Es hermoso. ¿Me lo pones?

-Magnus: Claro.

Se levantó y me lo puso.

-Nunca me lo quitaré.

-Magnus: Ni yo.

Me besó el cuello.

-Magnus: Eres tan hermoso.

-Magnus estamos en un restaurante.

-Magnus: Mi restaurante.

Paso su lengua en mi marca y solté un gemido.

-Magnus: A que hacerlo.

-No.

-Magnus: ¿Cuándo regresemos?

-Si.

-Magnus: Bien.

Se volvió a sentar.

-Gracias por el collar.

-Magnus: No es nada.

-Claro que si.

-Magnus: Bien si.

Me reí.

-Te amo.

Y era cierto y esperaba que también el me amará de verdad.

-Magnus: Adoro cuando lo dices.

-¿Ya conseguiste tu nombre?

-Magnus: Busque en todos lados y mis hijos son la medicina de Dios y la mía también.

-¿Entonces?

-Magnus: Rafael.

-¿Rafael?

-Magnus: Si.

-Perdiste una apuesta.