XVI. Interrogatorios

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Suaves movimiento y otros no tanto, todo alrededor se sacudía como indicativo del viaje que el gran transporte de madera hacía sobre el agua salada carente de estabilidad bajo sus pies.

Tras derrotar a todos los humanos y confiscar uno de los extraños artefactos, se embarcaron trayendo consigo a uno de los humanos, mientras los otros dos los dejaron amarrados en algún poste, no sin antes cerrar la herida a uno de ellos -a petición de Yuuri-

Entraron a una de las habitaciones del barco, amarraron aquel soldado humano y lo sentaron en el suelo, dejando sentirse intimidado al tener a varias personas paradas a su alrededor. No pensaban llevarlo hasta Shin Makoku, pero sí un poco alejado del puerto para que le pensara dos veces antes de irse nadando en caso de que intentara escapar, lo cual es casi imposible, pero eso es para hacerle ver que está viajando hacia Shin Makoku y que no tiene ninguna oportunidad de irse, mucho menos al contar con aquel inmenso miedo hacia Isabel.

El humano permanecía totalmente callado y con una mirada filosa, no dejando ver su más que claro temor ante su situación presente.

Gwendal se hallaba cerca de él, con sus brazos cruzados sobre su pecho, esperando a que respondiera la pregunta que ha formulado ya 5 veces.

- ¡Dime, ¿qué les condujo a atacarnos?! - sexta vez que la hacía, con la intensidad de su voz aumentando cada vez más.

El humano barbón ni siquiera se le veía la mínima intención de responder y mucho menos buscar los ojos intimidantes de su interrogante a pesar de que éste le haya indicado aquello.

Yuuri colocaba de vez en cuando una mano sobre el pecho de Gwendal cuando veía que éste podría llegar a lastimarlo.

- ¿A caso lo hicieron por su cuenta al enterarse de la presencia de mazokus? - continuaba con sus duros interrogativos.

- Por supuesto que no - aquella fría y despreocupada voz de mujer, hizo a los presente girarse hacia atrás donde una mazoku yacía sentada en una silla con sus piernas estiradas sobre la mesa, mostraba su expresión sin ninguna preocupación sobre ella y con ligeros aires de relajación.

El humano se tensó al escucharla y empezó a temblar levemente, intentando ser imperceptible.

- ¿En verdad puedes pensar en una posibilidad de que ellos hayan atacado porque se les dió la gana? - preguntó apuntando descaradamente hacia Gwendal y el humano en el suelo.

- Creí que te había dicho que no podías hablar - Gwendal bajó bruscamente los pies de Isabel haciendo que éstos cayeran fuertemente en la madera.

- Y tú en verdad creíste que lo iba a hacer - aprovechó que sus pies se encontraban en el suelo para levantarse y acercarse más al humano quien sólo tembló más - ¿Qué idiota tendría artefactos de esa magnitud? Está más que claro que son armas en experimentación que Dai Shimaron está fabricando para una posible guerra. Si fueran solo idiotas con la intención de matar unos cuantos mazokus, no tendría esos artefactos y no conociera nuestra localización. Y ahora estaría muerto del miedo implorando por su vida diciendo un montón de idioteces - Isabel se giró hacia él y notó cómo éste temblaba a pesar de sus intentos de ser discreto, pero aún así manteniéndose lo más firme posible - Bueno, ahora también está casi que se caga en los pantalones, pero aún así no habla.

- Isabel, tu presencia es lo que lo asusta más - habló el rey encogiéndose de hombros.

- También está eso - despejó los ojos del humano para mirar fijamente a Gwendal -. Sabe lo que soy - él no mostró expresión alguna ante la afirmación de Isabel.

Gwendal dejó soltar el aire y después se volteó a la presencia en el suelo, decidiendo dejar ese tema un poco de lado.

- ¿Entonces, crees que los haya enviado Berard? - preguntó Yuuri, temiendo de que su suposición sea cierta.

Mi Fortaleza *Yaoi* [Kyou kara Maou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora