X: La determinación del rey

154 13 7
                                    

Hacia un lado, hacia el otro, varias veces, girando en los dos sentidos del pasillo para no toparse con el dueño de la cabellera dorada. La cena ha sido preparada y el estómago ruge, la ansiedad por llegar al comedor y atiborrarse de comida está latente y que probablemente desaparezca al toparse con el menos deseado; no es que su presencia sea un acto desagradable, pero tras pasar por eso, es imposible saber cómo actuar estando frente a él.
Se lanza, casi corriendo, hacia el destino deseado sin preocuparse si va a sentir el dolor al ser golpeado por una pared o poste.

Siente un gran alivio al poder apreciar con su vista perfecta, la puerta donde ingresará, y lo mejor es que no se topó con aquel exprincipe; y extrañamente, tampoco con Conrad, y si lo hizo, quizá no lo notó.
Abrió la puerta, claramente feliz, y dió un par de pasos rápidamente y fueron los únicos que dió al percatarse que su camino está bloqueado, y al instante, sus ojos se volvieron saltones al estar a centímetros de su prometido.

Tragó saliva y permaneció intacto viendo hacia los ojos de aquel que se encuentra enfrente. El silencio los invadió por completo.

Sus estáticas presencias, le permitieron ver al rey el porte del rubio; estaba vistiendo ropas de color café claro, ropas que jamás le había visto antes.

Se veía atractivo, se lo planteó Yuuri, y ese pensamiento le hizo ruborizar.

Esto era cada vez más incómodo, al punto en que la vista de ambos no se volvía a encontrar. Yuuri no estaba seguro si había alguien más a parte de ellos, no se podía concentrar del todo, solamente imploraba que alguien llegara a romper este horrible silencio.

- ¡Su majestad!

¡Si! Sus plegarias habían sido escuchadas.
Era una voz de mujer, así que definitivamente no se trataba de Conrad, aunque quizá se trate de alguien más preocupante.

- Su majestad, ¿Qué es lo que...? - su vista viaja a su hijo más pequeño. - ¡Wolf!

- Madre, ¿qué está haciendo aquí?

- Estás usando ese traje, te ves demasiado lindo, aunque preferiría trajes que favorezcan tu belleza, ¿por qué lo usas? Creí que odiabas ese

- Bueno... - se ve bastante ansioso. - Mis otras prendas no estaban a mi disponibilidad - lo dice mientras frota su cuello con la mano bastante nervioso.

- Que extraño - lo dice pensativa.

Colocando más atención al peculiar traje de su prometido, nota que el cuello de ese traje es aún más alto de lo que acostumbra a usar; el color y el cuello es la diferencia más notable a comparación de otros que usualmente porta.
Quizá sea por esa razón que no le guste, pero, ¿por qué usaría algo que le desagrada?

"Quizá querrá cubrir su cuello" fue a la conclusión que Yuuri llegó inocentemente hasta que los vagos recuerdos de lo sucedido en aquel pequeño cuarto volaron a su mente. Recordó haber besado aquel cuello hasta dejar una marca roja, pero jamás imaginó que seguiría ahí.

El color rojizo de la sangre subió tan rápido como termómetro al ser colocado en una persona con fiebre alta. Se cubrió inútilmente su boca con la mano y vió hacia el suelo. No tenía idea de cómo aparentar lo avergonzado que se encontraba; Wolfram al notarlo, un discreto sonrojo apareció en sus mejillas siendo difícil ocultarlo con aquella pálida piel.

Cheri giraba hacia ambos rostros rápidamente y se cubrió su boca con la mano al darse cuenta.

Ambos esperaban sus siguientes palabras mientras su adrenalina se elevaba. ¿Habían sido demasiado obvios? No, no puedo haberlo concluido si no se ha dicho nada.

Mi Fortaleza *Yaoi* [Kyou kara Maou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora