XVII. La frase que mueve al corazón

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Lo que se presentaba delante de Yuuri parecía ser una gloriosa imagen, dónde ángeles cantaban a coro y había una luz blanca iluminando aquel enorme y suave objeto tan deseado en ese momento.

El rostro del rey expresaba su anhelo ante aquella vista.

Corrió hasta echarse de espaldas sobre la enorme cama, la cual había extrañado con ansias tras dormir en camas extravagantes de aquel hotel que la reina ofreció y después en las poco cómodas habitaciones del barco.

Nada como su propia habitación, o mejor dicho, la habitación que comparte con su prometido.

- Podría decir que extrañaste más la cama que todo de Shin Makoku.

Wolfram lo veía desde el centro de la habitación tras haberlo seguido y entrar detrás de él. Recargaba la mayor parte de su peso en su pierna derecha y mantenía sus brazos cruzados sobre su pecho.

- ¿Qué estás diciendo? Por supuesto que no, es solo que después de un viaje largo en barco terminé bastante cansado.

Dejó soltar el aire por su boca al momento en que cerraba sus ojos con el fin de descansar su vista. Pero se tensó en cuanto sintió la cama hundirse en su costado a causa de Wolfram. Abrió sus ojos para toparse con la presencia de su prometido en su lado derecho.

- ¿Estás muy cansado? - preguntó suavizando su voz.

Yuuri se incorporó para sentarse sobre la cama mostrando su timidez y nerviosismo con la lenta velocidad en la que lo hacía.

- Emm... - carraspeó - no, aún creo tener energía - creó una risa nerviosa.

- Después de todo tienes buena resistencia - dijo al momento en que colocaba una mano sobre la de Yuuri. Podría asegurar que cada vez había menos distancia entre ellos.

Yuuri no retiró su mano, no lo sentía incorrecto ni incómodo, pero sí le hacía sentir nervioso.

Espera, ¿qué había dicho anteriormente?, ¿por qué le importaría la resistencia?

Esos cuestionamientos inquietaron a Yuuri.

La mano del rubio se pasó suavemente y delicadamente sobre la mano contraria hasta pasar por su muñeca y emprender el camino a través de la manga de su chaqueta negra, acariciando con las yemas de sus dedos. Su tacto llegó hasta su cuello, lo cual estremeció a Yuuri. Lo sujetó de la nuca y usó su pulgar para acariciar la mejilla morena.

Wolfram veía en los ojos de Yuuri algo que le hiciera detener, pero solo notó en ellos su nerviosismo con un brillo de picardía. Sus orbes se mostraban curiosas sobre las siguientes acciones del rubio.

Sus ojos viajaron hacia sus labios, los cuales fueron remojados en saliva al notar esa acción.

Wolfram fue acercándose hacia Yuuri de manera lenta notando como su respiración se tornaba ligeramente más agitada.

Yuuri cerró con fuerza y rapidez sus ojos y Wolfram no pudo evitar sonreír ante su tierna reacción.

Besó su labio superior haciéndole soltar un suspiro. Fue un largo toque hasta que Wolfram decidió iniciar con suaves movimientos sobre sus labios los cuales fueron correspondidos. Fueron tanto torpes como coordinados movimientos, incrementando la velocidad cada vez más. Detenían el beso y se separaban apenas un centímetro para recuperar el aliento, respirando el mismo aire para después retomar el beso. Yuuri tomó por sorpresa a su prometido cuando tocó sus labios con su lengua y después él abrió su boca para darle entrada a ésta y hacer que ambas lenguas se encontraran. Ambos succionaban la boca del contrario, provocando chasquidos en el transcurso de la acción. Wolfram rodeó el cuello de Yuuri con ambas manos para así profundizar el beso, y el pelinegro lo tomaba por la espalda acercándolo aún más y juntar sus pechos.

Mi Fortaleza *Yaoi* [Kyou kara Maou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora