Estaba en medio de la clase de educación Física cuando tuve una caída donde me golpeé duramente las rodillas.
El profesor preocupado me dijo que fuera a descansar, que sí el dolor se me pasa volviera, y que si pasa todo lo contrario llamen a mi madre.
- Tengo suerte de no haberme rasgado la piel - Sobe mis piernas, mejor dicho mis rodillas doloridas.
- ¿Podemos hablar? - Dirigí mi vista a la puerta del baño y mi corazón dio un vuelco.
- ¿Q-que haces aquí? - Dije sorprendida - Este es el baño de chicas.
- Le pedí a Merendy que te dijera esto, pero tú ya no quieres hablarle, ¿Me equivoco? - Negué afligida - Por eso estoy aquí, para decirte lo que no permitiste que ella te dijera.
- ¿Qué cosa? - Pregunté curiosa.
- Te recuerdo que tuvimos sexo hace dos semanas - Yo me sonroje, como borrar aquellas imágenes de mi cabeza - Y a mi se me olvidó hacer algo muy importante.
- ¿I-importante? - Mi cabeza se inundó de ideas locas - ¿Q-qué cosa?
- Usar condón.
Adios sonrojo.
- ¿¡No te protegiste!? - Mi cara de sobresalto lo dijo todo - ¡Pero yo vi que sacaste un condón de tu cajón! ¡¿Como vienes a decirme que no usaste preservativo?! ¡¿Y si me hubiera embarazado o algo peor?!
- ¡Yo no porto ninguna enfermedad! - Se enfadó - ¡Esa noche me emocioné y se me olvidó que no traía puesto el maldito condón!
Yo tenía temblores.
- Te quiero llevar con un médico.
- ¡Ya dijiste que no tienes ninguna enfermedad! ¡¿Acaso mentiste?!
- ¡Claro que no! - Yo guardé silencio - Pero quiero saber si te embarace, por eso te pido que te hagas una revisión.
- No hace falta - Él frunció el ceño - Acabo de tener mi menstruación.
- ¿En serio? - Se oyó aliviado - ¡Es una gran noticia!
- Si no hubiera sido así, ¿Qué habrías hecho? - Aquella pregunta le quitó la alegría - Yo supongo que terminarías con Strauss para hacerte cargo del que pudo ser nuestro hijo.
- Nada de eso - Yo levanté una ceja - Para eso existen las pastillas abortivas.
- ¿Me estás queriendo decir que me habrías hecho abortar?
- ¿Acaso lo tendrías?
- ¡Claro que sí! - Lo miré fría - Nunca imaginé que fueses de los tipos que no se hacen responsables de sus actos.
- Escucha, chica de primero - Se acercó al punto de acorralarme en la pared - Yo soy así, no estoy dispuesto a arruinar mi vida por haberme descuidado una sola vez, y menos con una niñita como tú.
- ¿Una niñita como yo?
- Inmadura - Eso me lo dijo sin gracia haciendo que mis ojos se llenen de lagrimas - Y con pequeños pechitos.
- Eres un...
- Cuidado con lo que dices - Tapó mi boca - Y con lo que haces...
- ¡Déjame! - Aparté su mano de mis labios - Le diré a todas las chicas la clase de hombre que eres, ¡Un desgraciado!
- No, tú no harás nada de eso - Sonrió de lado - No dirás nada, absolutamente nada porque de lo contrario el momento exacto donde fuiste mía circulará por todas las redes.
- ¿Q-que?
- Espero no verte cerca de nosotros - Se separó - Ese fue el trato que hice con Merendy. Ya cumplí mi parte al ser tu primer todo, ahora quiero que desaparezcas de mi vida.
- Tú nunca antes me habías notado.
- Claro que lo he hecho - Dijo con fastidio - Sé que tú eres quién me dejaba cartas en mi casillero, y quién me mandaba refrescos después de cada partido en el parque.
Mis piernas comenzaron a flaquear.
- Me has mandado varias solicitudes de amistad con distintos nombres, eso es molesto - Dijo con desagrado - Pero ya terminó, ya hice lo que tuve que hacer y ahora debes dejarme en paz o el video donde salimos juntos llegará a ojos de tus padres.
- ¡No! ¡Eso no! - Me asusté - ¡Mi madre no puede enterarse de nada!
- Entonces las cosas están claras - Se alejó - Que tengas un buen día.
Él salió del baño satisfecho, en cambio yo seguía pálida. Saber que me grabó en un momento que creí especial, me rompió el corazón. No era justo, yo solo quise cumplir mi sueño de darle mi primer beso a Dragneel.
Salí un poco mareada, mi cabeza solo pensaba en la reacción de mi madre sí llegase a ver un video donde salgo como dios me trajo al mundo. Ese día ella me mata de la peor forma, ese día dejaría de ser su inocente hija. Ese día mi vida se arruinaría.
Durante el resto del día preferí no juntarme con nadie, así tendría más tiempo de relajar mi mente y buscar la forma de hacer que Merendy convenza a Natsu de eliminar aquel video que asegura que existe.
Cuando volví a casa, no hallé a mi madre como siempre, pero sabía que en media hora estaría de vuelta en nuestro hogar. Mientras la esperaba en mi habitación, aproveché el tiempo para hacer las tareas que me mandaron los distintos profesores de cada asigntaura, como Matemáticas.
Mamá llegó a eso de las seis de la tarde. Ella trabaja en una empresa siendo la secretaria de la jefa.
- Mamá, te quedó deliciosa la carne - Ella servía la mesa - ¿Me dices cual es el secreto para que te quede así de buena?
- Simplemente hazlo a fuego lento - Sonrió mientras se sentaba frente a mi en la mesa.
- Oye, mamá - Ella me prestó atención - ¿Qué esperas de mi?
- Que seas una profesional - Yo sonreí - Que no te desvíes de tu camino y no caigas en tentaciones absurdas.
- ¿Qué tengaciones?
- Las drogas, el robo, la prostitución y muchas otras cosas malas por las cuales miles de jóvenes como tú han arruinado sus vidas - Me recorrió un escalofrío - Lucy, tú no eres como ellos, tú eres una hija maravillosa. Eres brillante, toda una damita, quiero seguir sintiéndome orgullosa de ti como siempre ha sido.
- Y si por alguna razón te llego a fallar...
- ¿A qué te refieres? - Se puso seria - ¿Acaso estás haciendo algo malo a mis espaldas?
- No, claro no - Dije nerviosa - Pero hay personas envidiosas que tratan de perjudicarnos, que tratan de manchar la reputación de uno con mentiras obscenas.
- Lucy, eso no va a suceder contigo.
- ¿Por qué estás tan segura?
- Porque tú no tienes amigos ni te relacionas con los demás, yo te eduque así.
Ojalá "aislamiento" fuera la palabra mágica para resolver mis problemas.
.
.
.Continuará***
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"Cuando el peligro está en casa" |Fanfic_FT|
FanfictionLucy es una "niña" que sueña con ser una chica grande, de esa forma cree que podrá estar con el chico que le gusta, un joven que está por entrar a la Universidad y que ha sido por mucho tiempo su amor platónico.