Tres semanas después cumplí los ocho meses y ahora sí, mi vientre ya se notaba, no exageradamente, pero ahora sí ninguna prenda podía disimularlo sin que levante sospechas.
Por eso dejé el instituto, la Directora habló con mi madre y gracias a la insistencia de Larcade por no hacerme repetir el año, ella habló con los profesores para que me cierren el ciclo escolar con las calificaciones que tenía y que eran suficientes y muy buenas.
- Dejé el almuerzo listo, tú solo tienes que calentarlo - Mi madre terminó de arreglarse el peinado para ir a su trabajo - Cualquier cosa puedes llamar a la vecina, ella sabrá que hacer si te sientes mal.
- Si - Susurre.
- Por esta vez no te encerraré, estás en la última etapa del embarazo y no me arriesgare a un desafortunado accidente si la bruta de la vecina no te contesta.
- ¿Trabajarás horas extras?
- No, llegaré a la misma hora de siempre.
- Bien.
Ella salió sin despedirse y luego escuché la puerta de salida cerrarse, se había ido.
Esperé unos minutos mirando por la ventana a que se fuera en su carro y luego me atreví a bajar y tomar un taxi en la calle.
No tenía dinero para pagar el pasaje, pero no me preocupe porque por la hora supuse que Dragneel estaba apunto de llegar al Instituto.
Cuando llegué, esperé en la entrada con el señor que me exigía que le pague el pasaje. Yo le pedí que espere, que pronto tendría su dinero.
Luego de quince minutos me dijo que me cobraría más por la demora y otras cosas a las cuales no presté atención.
- ¿Qué haces aquí? - Para mi buena suerte Dragneel llegó en su lujoso coche que estacionó junto a los de sus amigos.
- Necesito dinero.
- ¿Para?
- Para pagarle al señor que me trajo y para devolverme a mi casa - Natsu le pidió a sus amigos que se adelanten y fue donde el taxista a pagarle.
- No me gusta que te exibas así con tu vientre - Se molestó porque todas las miradas de los estudiantes que ingresaban se dirigían a mi - Ya hasta empiezan a sospechar que es mío.
- Yo solo venía a decirte que acepto ese dinero que quisiste darme hace unas semanas atrás.
- ¿Hablas en serio?
- Si - Asentí - Lo necesito cuanto antes.
- Bien, ahora no lo tengo pero si vienes mañana lo traeré sin falta.
- Está bien.
- Ahora tengo que ingresar.
Él entró al instituto y yo respiré más tranquila, por lo menos las cosas estaban saliendo como planeaba.
- ¡Lucy! - Me giré y palidecí cuando me encontré con la mirada furiosa de mi madre - ¡Qué haces aquí! ¡Quién era el tipo con quien hablabas!
- ¡Mamá, puedo explicarte!
- ¡Si, pero cuando lleguemos a la casa! - Me forzó a caminar hasta su coche y me metió sin cuidado.
En el camino de vuelta a casa ella no dijo nada, solo condujo a una velocidad más alta de lo normal.
Cuando llegamos cerró la puerta de la sala con violencia y me agarró los brazos con tanta fuerza que creí que quería romperme los huesos.
- ¡Habla!
- M-mamá... me duele... - Me quejé - Por favor...
- ¡¿Quién era ese hombre?! ¡¿Por qué hablabas con él?! ¡Responde maldita sea!
- ¡Es un compañero! ¡Le devolví un cuaderno que me prestó antes de salirme del instituto!
- ¡Era mucho más mayor que tú, no me vengas con cuentos! ¡Responde o ahora mismo te golpeo hasta sacarte la verdad!
- ¡Mamá, me estás lastimando!
- ¡Responde! - Me empujó contra él sofá y yo la miré con temor - ¡¿Quién era?! ¡Dimelo ya!
- ¡Ya te dije quién era!
- ¡Que me lo digas! - Sentí sus manos en mi cuello, apretó con tanta fuerza que el aire me comenzó a faltar - ¡¿Es el canalla con quién te revolcaste no es así?!
Me tiró al suelo y pese al dolor de la caída hice lo posible para recuperar todo el aire que mi cuerpo exigía.
- S-si... - Respondí antes que fuera a pegarme otra vez.
- ¡Te dije que no quería que volvieras a verlo! - Dirigí mi vista a ella - ¡De aquí no sales ni siquiera para pedirle ayuda a la vecina! ¡No saldrás hasta que tu hermana nazca!
- ¡No puedes hacerme esto!
- ¡Soy tu madre y sí puedo!
Desde ese día no pude salir, ella ya ni siquiera me dejaba salir de mi habitación, me cerraba con llave aún cuando no estaba en su trabajo. Mi madre me vigilaba las 24 horas, y lo digo porque días después instaló una cámara de seguridad justo delante de mi habitación.
Perdí constacto con Yukino, con Larcade, con Natsu, con la vecina, con todos...
Ahora sí quería ver a mi padre, quería que él me saque de este infierno donde soy prisionera de mi propia madre. Pero lamentablemente yo ni mi hermano sabíamos donde vivía con su otra familia.
Los días pasaron y no volví a cruzar palabras con nadie que no fuera mi madre.
- ¡Mamá! ¡Ya es hora!
Yo desperté sintiendo una humedad en mi entrepierna, luego las contracciones vinieron, fuertes y dolorosas.
Estuve horas con ese dolor, mi madre como en el parto de Yukino no me quiso llevar al hospital y me ayudó a tener a mi bebé en casa.
Mi hija nació a las cinco con tres minutos un día Miércoles, nació saludable y hambrienta.
La alimente por primera vez y aproveché cada segundo para decirle que era mía, que pase lo que pase, su mamá era yo.
Mi hija salió con los mechones rosas como su padre, sus ojitos eran medio rasgados y de color marrón, era una lindura. Su piel era como la mía pero más pálida, y tenía una curiosa marca en la planta de su pie, como un lunar pequeño.
- Catalina... - Mi madre la cargaba maravillada - Que hermosa eres, hija...
- Mamá, tiene hambre...
- Sí, tienes razón - Me la entregó sin despegar los ojos de mi niña.
Ella misma se creía el cuento de que mi hija era suya.
Tenía que hallar la forma de salir de la casa y dársela a Natsu, él podía hacerse cargo de ella y oponerse a la decisión que mi madre tomó sin mi consentimiento.
.
.
.Continuara***
Capitulo dedicado a :
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"Cuando el peligro está en casa" |Fanfic_FT|
FanfictionLucy es una "niña" que sueña con ser una chica grande, de esa forma cree que podrá estar con el chico que le gusta, un joven que está por entrar a la Universidad y que ha sido por mucho tiempo su amor platónico.