Cinnamon Girl || NamJen

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"But if you hold me without hurting me. You'll be the first who ever did".


Todos los aplausos se iban apagando lentamente. Todos los hombres, que antes gritaban con euforia y vehemencia, simplemente soltaban sus últimos gritos de emoción. Algunos echaban una última mirada al lugar para después pagar sus bebidas e irse, mientras que otros, como siempre, hacían algún escándalo (escándalo de borracho, para ser preciso) con el fin de volver a verla o meterse en su camerino sin permiso...

¡Cómo me daban asco esos desgraciados!

Ellos iban a verla, a ver sus caderas moviéndose por el escenario del bar, a ver las ondas de su cabello acariciar su espalda con cada movimiento, a ver sus uñas rojo sangre bien combinadas con su labial de terciopelo y con su vestido atrevido y jodidamente sensual. Todos la miraban, pero puedo jurar por mi vida -y la de todos ustedes- que yo era el único que la veía como la hermosa mujer que era y no como el objeto sensual que presentaba ante los clientes de ese bar de ricachones al que ella (y tristemente yo también) trabaja.

Jennie era hermosa, y lo digo yo que la he visto fuera del trabajo, con sus pantalones de chándal desgastados, sin rastros de maquillaje, con el pelo sujetado en un moño mal hecho y con sudor en su frente, justo después de intentar destapar la cañería del fregadero del apartamento de mala muerte en el que vivía.

Yo la he conocido más allá del trabajo, más allá del escenario... La conozco mejor que mucha gente, e incluso mejor que todos los malditos novios que ha tenido. Sé sus anécdotas de infancia, sus problemas con su familia, y hasta la razón por la que terminó trabajando de bailarina en un bar a sus veinticuatro años.

Jen siempre había tenido mala suerte, sobre todo con su familia y sus relaciones amorosas, parecía ser que toda aquella persona a la que ella se encariñaba, simplemente la traicionaba o la abandonaba en el peor momento.

¿Qué clase de padres echan a su hija de casa por ser bisexual? Unos imbéciles y bestias...

¿Qué clase de novia/mejor amiga eres para darle la espalda a la persona que enfrentó a sus padres y aceptó que la echaran de su casa por defender su relación? Una hija de puta...

¿Qué clase de novio eres si tu novia es bailarina exótica y tú, en lugar de ayudarla a buscar otro trabajo, solo le eres infiel y le echas la culpa a los celos que te causan su trabajo? Fácil, un poco hombre sin huevos...

Y así más y más cosas habían llevado a mi castaña a la situación en la que se encontraba. Podría estar días explicando, quejándome y maldiciendo a todas y cada una de las personas que habían lastimado a mi Jennie. Pero bueno, eso sería irse por las ramas.

Ahora lo que les quiero contar realmente es lo que pasó esta noche en cuestión. Esa noche en la que pasé de ser un buen amigo, un sujeto perfecto para un polvo ocasional, un compañero de trabajo, un simple camarero del mismo bar, a ser el chico especial de esa mujer que dejaba a miles de empresarios famosos babeando.

Todo empezó una noche que Jennie había terminado de arreglarse más tarde de lo normal. La estaban esperando para animar una despedida de soltero y el tipo en cuestión había pagado muchísimo dinero para tener a Jennie bailando para él y sus amigos, idiotas.

Al ver que no salía, decidí yo mismo ir al camerino por ella, no para presionarla a salir, sino para asegurarme de que no le pasara nada. Me agradecí a mí mismo el haber tenido ese detalle nada más entrar y verla en su silla, mirándose al espejo, con todo el maquillaje tirado sobre la mesa y conteniendo las lágrimas que amenazaban de salir por sus ojos.

-Mi exnovio...- murmuró nada más verme entrar en su camerino. Al ver mi cara de confusión me explicó: -El chico de la despedida de soltero es mi exnovio y quiere que baile para él- se pasó las manos por el cabello con frustración.

-Ey tranquila, no tienes que hacerlo si no quieres, esto no es trata de blancas, di que se sientes mal y ya- la abracé por la espalda y acaricié su hombro con ternura.

Tenía que aprovechar esos momentos, el resto del tiempo Jennie no solía dejarme darle tales muestras de afecto.

-No puedo hacerlo Nam, es mi trabajo- bajó la mirada con tristeza.

-No lo es, además te sientes mal, tienes derecho a tener una noche de descanso- le dediqué una dulce sonrisa-. Vamos, cámbiate la ropa, yo me encargo de explicarle al jefe por qué tuviste que irte- le guiñé un ojo.

Me tomó por sorpresa cuando me abrazó con fuerza. La abracé de regreso sin dudarlo, disfrutando de la sensación de tenerla entre mis brazos.

-¿Podrías quedarte conmigo, Nam?- Me suplicó. Yo asentí sin dudarlo.

-Te llevo a mi casa, no hay problema. Hoy te daré una noche normal, hoy no tendrás que bailarle a nadie, menos por dinero.

Ella me abrazó con más fuerza aún, yo seguí sosteniéndola entre mis brazos, apretándola suavemente a mi pecho. De la nada ella levantó la cabeza, dirigiendo sus felinos ojos hacia los míos, dándome la mirada más sincera y vulnerable que jamás había visto en ella. Me quedé sin aliento al instante, me estaba causando mil sensaciones verla así por primera vez. Lo peor fue su voz, tierna y algo infantil, pero con cierto eje de tristeza:

-Por favor no me sueltes nunca Namjoon. Sujétame así, con dulzura y sin juzgarme. Porque si me abrazas siempre así, sin herirme, entonces serás el único en haberlo hecho.

-¿Dónde está Ruby Jane?- Me preguntó el estúpido con enojo. –He pagado por ella, la quiero aquí ahora- el tipo se me acercó con postura amenazante, yo seguí hacia la barra con indiferencia. -¡Ey, te estoy hablando, idiota, trae a la zorra de Jennie ahora mismo!

El tipo estaba más que borracho, pero eso no me iba a impedir que lo pusiera en su lugar, ni eso ni el hecho de que él era el cliente y yo un simple bar tender.

Golpeé la mesa con fuerza, con la justa para que el chico frente a mí retrocediera un par de pasos, sonreí internamente al verlo, estaba asustado y eso era justo lo que yo quería.

-Mira estúpido, seré muy claro contigo, si vuelves a llamar a Jennie zorra te agarraré del cuello y te llevaré hacia la parte de atrás del bar, te daré la paliza de tu vida sin que nadie se entere y pueda salvarte y luego, una vez que te haya dejado hecho mierda, te tiraré a los contenedores de basura del bar, para que te juntes con los de tu nivel ¿entiendes, mocoso riquillo?- solté con asco y sin respirar casi entre palabras.

-¿Por qué defiendes a esa zo...- hizo una pausa al notar mi rostro de furia- A Jennie?- Se apresuró a corregir. –No me digas, seguramente tú eres el nuevo novio- rió con sorna. –No hace falta que la defiendas eh, si al final te dará lo que quieres de ella y te dejará tirado- se cruzó de brazos con diversión.

Yo lo miré con toda la seriedad que pude:

-No soy su novio, soy mucho más importante como para que se me califiqué como algo tan simple, y si me disculpas me voy a llevarla a mi casa a que cene, folle conmigo tanto como quiera y tenga por un día una noche normal- terminé de guardar todo en mi área de la barra y me dispuse a quitarme el delantal.- Ah y por cierto- dije antes de irme-, ya terminaron, estúpido, ya supéralo, hacer tu despedida de soltero en el bar donde trabaja y pedir que te baile es demasiado patético y cruel, sobre todo patético, pero también es algo muy feo.

Y sin más me fui a llevar a la dama más linda del mundo a mi casa para darle la noche normal que le había prometido.

...

Sé que NamJen es un ship activo, pero estaba depresiva al escribirlo así que me salió bastante soft.

ALT ER LOVE || Blackpink & BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora