Cannibals || LisMin

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"I'm sure it would be difficult. To get your family to let me do what I want with you".


Jimin seguía sin creer en lo que había escuchado. La pequeña Manoban, esa nenita del campamento, acababa de declarársele. Con sus mejillas sonrosadas y su voz temblorosa, lo había hecho, lo había dicho:

Usted me gusta mucho, Oppa.

No podía imaginar qué había hecho en la vida para merecer el escuchar aquellas palabras. Se sentía en el cielo de tan solo recordarlo.

Quiero que me haga suya, Jimin-Oppa. Quiero que usted sea el primero.

¿Qué la hiciera suya? ¿Qué fuera el primero? Su pecho latía más y más rápido de la emoción, claro que quería hacer suya a esa muñequita, que fuera de él y de nadie más.

Pero había muchos problemas, primero, él era el instructor de su campamento, segundo, ella estaba bajo su cuidado, además, era una niña de quince años... ¿Estaría ella lista para saber lo que era el sexo?

-¿No va a decir nada, Oppa?- preguntó ella con miedo.

Jimin no pudo responder nada, ya que de la nada los labios de Lisa estaban sobre los suyos. Fue un beso suave y casto, lo típico que se esperaría de una niña como ella.

-Si no va a ser mi primera vez, al menos quería que fuera mi primer beso, Oppa- y sin más salió corriendo de la cabaña del instructor.

Lalisa Manoban, la única extranjera de su grupo, la más bonita por mucho, la más inteligente. Era bastante atractiva, Jimin no podía negarlo, pero no pensaba que pudiera llegar al punto de volverlo tan loco.

Dime, Lalice ¿Qué es eso de ti que me enloquece tanto?

Pensó que podría controlar sus sentimientos hacia ella, pero todo se descontroló después de esa confesión...Y todavía más después de ese beso.

Sabía que estaba mal, puesto que ella era menor y él un adulto, además, él tenía autoridad sobre ella, era su instructor, pero ella era quien lo había buscado, quien se había lanzado a la boca del lobo sin medir las consecuencias y había despertado en él un deseo incontrolable de probar ese cuerpo inexperto e ignorante en el arte del sexo.

Sí, si esa niña quería que la hiciera suya, él la haría suya sin duda alguna.

-¿Me pidió que viniera, Oppa?- entró con la cabeza baja.

-Sí, nena- le sonrió y acarició su rostro con dulzura-. ¿Ya todos se han dormido en tu cabaña?- ella asintió-. ¿Alguien sabe que has venido?- ella negó. –Muy bien, porque esta noche dormirás aquí conmigo.

-¿Qué, de verdad?- alzó la mirada para observarlo con ilusión, siempre había tenido la ilusión de dormir entre los fuertes brazos de su Oppa.

-Sí, pequeña, además, voy a cumplir tu petición- al ver que ella no entendía, Jimin se acercó aún más y pegó sus labios del oído de ella. –Esta noche voy a hacerte mía, aunque no sé si luego pueda dejarte ir...

-No quiero que me deje ir nunca, Oppa...- suspiró la pequeña, se sentía como si fuera a desvanecer en cualquier momento.

-Jimin, no Oppa, y tutéame- la miró a los ojos-, a partir de ahora soy tu chico, no tienes por qué tutearme- le sonrió con coquetería antes de devorar sus labios en un beso fuerte y demandante.

La piel de Lalisa era tan suave, sentía como si pudiera cortarse hasta con un cuchillo de mantequilla. Sentía que debía protegerla, porque era tan frágil que cualquiera podría lastimarla y apagar su dulce sonrisa.

No había visto nada más tierno en su vida que las muecas de placer que ella hacía mientras suspiraba debajo de su cuerpo. Cómo se retorcía de placer y cómo tenía pequeños espasmos al momento de correrse.

Algo le pasaba cada vez que escuchaba sus gemidos, sus suspiros, su respiración entrecortada... Oh mierda, y su corazón acelerándose cada vez que tocaba algún punto sensible de su cuerpo.

-Mm... Oppa, por favor, más rápido...- pidió ella con los ojos entrecerrados y el flequillo despeinado.

Jimin no tardó en obedecer sus órdenes. Colocó su mano sobre el vientre de ella y aceleró los movimientos de su lengua con furia.

Si quieres darme tu cuerpo, nena, perfecto. Sabes que no lo desperdiciaré. Porque quiero probar cada parte de ti.

-¿Te gusta, pequeña?- murmuró con la voz ronca y excitada.

Ella lo miró desde arriba y asintió con la cabeza, estaba totalmente perdida en el placer que su Oppa le brindaba.

Vamos, amor, te subiré al cielo y te bajaré al mismo infierno. Te haré arder y tocar las nubes... Solo yo haré eso.

Quería a esa niña, la quería con todo su ser... Aunque sabía que sería difícil que su familia le dejara hacer todo lo que quería con ella.

Ellos dos tendrían que mantener su pequeño secreto.

-Lo quiero mucho, Oppa- suspiró ella acomodándose en su hombro.

-Yo también, Lis- besó su frente con dulzura. –A partir de ahora puedes venir a quedarte conmigo cuando quieras, pero eso sí, tendremos que guardar nuestro pequeño secreto...

-De acuerdo, Oppa- murmuró sonriente.

No le digas a nadie Lisa, por favor, o si no tendré que meterte los dedos en la boca y hacer que los saborees para que no puedas hablar... Sí, mejor que nadie se entere o si no los demás pensarán que estamos locos.

ALT ER LOVE || Blackpink & BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora