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"You say you want a bad bitch... Baby now you have it"
Kim Seok Jin era el mayor playboy de toda la compañía. El empresario Kim, codiciado por todas, envidiado por muchos. No había mujer alguna en toda la empresa que se hubiese salvado de caer en la cama de SeokJin. Bueno, eso hasta que llegó Lalisa Manoban a la compañía.
La empresaria Manoban, una mujer fuerte e independiente, el deseo de todo hombre, incluso del mismo Jin. Ningún hombre en toda la empresa se resistía a esos enormes ojos oscuros ni a esos carnosos labios.
Ella sabía perfectamente que el efecto que causaba en los hombres, pero solo tenía un objetivo en mente: SeokJin. Ese chico alto y hermoso sería de ella, y no sólo por una noche.
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Lisa escuchaba cuando él hablaba con los demás hombres de la compañía. Sobretodo con NamJoon, quien parecía ser su mejor amigo. Siempre hablaban de lo mismo: todas las chicas que habían pasado por su cama. No podía evitar los celos que la recorrían al escuchar con detalle los encuentros románticos de Jin.
Todo cambió aquel día que escuchó una conversación de más:
«Estoy cansado de todos eso hábitos vacíos, Namjoon»
«Quiero algo más profundo, estoy cansado siempre de lo mismo»
«Estás follando con esas básicas y sabes que realmente quieres lo más malo. Así que vamos, bebé» Sintió que la mirada de ambos sobre ella «Tómalo porque perderlo sería trágico»
Ese mismo día él la invitó a salir. Aceptó pero se rió internamente. Él creía que la tendría así de fácil, pero no, ella era una perra mala, tendría que demostrarle que podía manejarla.
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Jin estaba furioso con Manoban, esa mujercita lo había dejado plantado. Sí, a él, Kim Seok Jin, lo habían dejado plantado.
-¿Se puede saber qué demonios te pasó el viernes?- le preguntó con rabia contenida al entrar a su oficina.
-¿Qué?- se hizo la inocente –Ah sí, ya recuerdo- se encogió de hombros –No pude ir, tenía algo que hacer.
-¿Y no pudiste avisarme?
-Se me olvidó- se restó importancia. Jin estaba a punto de irse cuando ella decidió iniciar su plan contra Jin, le demostraría que ella no era como las demás, que no podría tratarla como las demás –Pero voy a compensártelo Oppa- lo miró coqueta, sabía que se lo tragaría fácilmente.
-¿Y cómo me lo vas a compensar?- ella se levantó y se colocó frente a él sentándose con las piernas abiertas en el escritorio.
-¿Cómo crees?- lo tomó de la corbata y tiró de él hacia ella uniendo sus labios. Él intentó tocarla pero ella se levantó y tomó sus manos guiándolo hacia afuera del despacho.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó extrañado. Ella no respondió sino que lo besó mientras desabotonaba su camisa y sus pantalones.
Estaban en la piscina techada de la azotea de la compañía. Las ventanas estaban tapadas y la puerta estaba cerrada con llave. Nadie, ni siquiera el personal de limpieza, los podría descubrir.
Un jadeo de escapó de la boca de Jin cuando Lisa paso la lengua por su labio inferior y lo mordió suavemente para después separarse de él y quitarle la ropa que le faltaba dejándolo solamente con el boxer y la corbata negra.
-Así que dices que quieres una perra mala, cariño- lo miró con una sonrisa triunfante y lo empujó hacia la piscina sumergiéndolo en el agua –...Pues ahora la tienes.
Se quitó la ropa quedándose con las bragas y el sujetador y se sumergió junto a él en la piscina. Se besaron y se toquetearon un buen rato hasta que ella se separó de él y salió del agua colocándose en el borde de la piscina a varios metros de distancia de él.
-Vamos, Jin, muéstrame que puedes manejar esto.
-¿Qué haces?- susurró aturdido. Intentó salir de la piscina pero ella había amarrado su corbata a la barandilla de la escalera de tal manera que no pudiera deshacer el nudo.
-Demostrarte que no soy una básica como las demás. Ya te dije, Seokjin, ahora tienes una perra mala.
Se quitó la ropa interior húmeda y se colocó en el borde de la piscina con las piernas abiertas dándole una perfecta visión de su entrepierna.
-Desátame Manoban- gritó desesperado intentando desatarse a sí mismo.
-Ahhh...-gimió al sentir sus dedos sobando su hinchado botón de placer –Jin... ah... SeokJin- siguió gimiendo mientras se masturbaba mirándolo fijamente.
-Perra mala y cruel, desátame- rogó. No podía ver a esa excitante y sensual mujer tocándose frente a él y no hacer nada al respecto –Sabes que puedo manejarte Manoban, desátame.
-Yo creo que no, Jin- siguió tocándose mientras se mordía el labio y lo miraba con los ojos entornados. –Ahh, joder- echó la cabeza hacia atrás mientras se introducía tres dedos de golpe.
-Desátame Manoban, ya verás que te volveré loca con todo lo que puedo hacerte- comenzó a tocarse su propia entrepierna –Te aseguro que si me dejas tocarte vas a pasar toda la noche conmigo.
Ella dejó de tocarse y cerró las piernas para mirarlo con el ceño fruncido:
-Pago mis propias facturas y pago mi propio alquiler. Porque soy independiente. Compro mis propios anillos y hago mis propias cosas- lo miró burlona –No soy como las idiotas a las que estás acostumbrado Jin.
Volvió a abrir las piernas y siguió masturbándose frente a él.
-Me deseas ¿verdad?- preguntó mientras se introducía un dedo –Por eso te masturbas mientras me miras- metió otro dedo –Sé que duele y no es justo Jin. No te permitiré tocar pero puedes mirar- siguió tocándose hasta colapsar en el orgasmo justo frente a él.
Sin decir nada se levantó, se colocó la ropa dejando el sujetador y las bragas a un lado. Se acercó hasta él y metió la mano debajo del agua para masturbarlo:
-Ni se te ocurra tocarme o dejo de tocarte Kim- le advirtió.
Meneó la mano rápidamente hasta darle un fuerte e increíble orgasmo. Jin quedó sorprendido, ninguna mujer había podido darle un orgasmo de tales magnitudes, solo Manoban.
Lo desamarró y le lanzó su ropa interior:
-Toda tuya Kim, considéralo un regalo- le guiñó un ojo y él la miró confuso.
-¿Y si tenemos una cita?- preguntó esperanzado, ella volvió a mirarlo con burla.
-Claro, me encantaría volver a dejarte plantado- rió –Acostúmbrate Kim, Querías una perra mala y ahora tienes una perra mala.
...
popit0 querías un JinLice y aquí lo tienes, espero que te haya gustado ;)
