¡Hola mis preciosos lectores! Primero voy a dejar un pequeño deshago emocional porque han pasado algunas cosas intensas por estos lares y prefiero decirlo antes que cualquier cosa pueda pasar. Los amo, de verdad muchas gracias por todo el apoyo que me dan, sé que lo digo siempre, pero es que aún no lo termino de creer, escribir para mí es sumamente importante porque lo adoro, me da miedo que alguien me quite esto porque es mi via de escape al estrés y sería bastante cruel, pero aún si llegase a pasar, poder estar acá y conocer a gente tan maravillosa ha sido lo mejor del mundo. Soy muy insegura, ansiosa y he tenido un millón de malas experiencias con personas porque soy hyper sensible, pero no les puedo expresar lo feliz que me siento acá. Eso, no los quiero alarmar ni nada, en mi corazón todo sigue bien, pero por cualquier cosa quería decirles que es un honor tenerlos acá. Hacen del fandom un lugar precioso en el que quiero estar.
Ahora sí, perdón, han pasado cosas intensas. Muchas gracias a las personas que se han tomado el tiempo para leer. El capítulo de hoy efectivamente lo narra Ash y esta vez me siento muy orgullosa de como quedo porque este era el capítulo más castroso del mundo.
¡Espero que les guste!
En un reino construido por las espinas del miserable y la sangre del pecador era el mentiroso quien se sentaría en el trono.
Me froté el entrecejo, tratando de juntar mis pedazos antes de ponerme la máscara de alfa, respetado y dominante, de feromonas imponentes y destino ya plasmado, estaba listo para ser temido en este infierno, no era un camino dichoso, sin embargo, debía atravesarlo.
—Tú eres demasiado poco hombre para ser un alfa.
Suspiré, dándome vueltas en las sábanas, ese beta no era más que problemas de ojos bonitos y silueta coqueta, mi atención se clavó en su espalda, sonreí, mi camisa le quedaba grande, hasta los cabellos más largos de su nuca se perdían dentro de la tela, extendí mi palma para tocarlo, no obstante, me paralicé. Desde esa noche no volvimos a hablar, él era demasiado orgulloso como para disculparse y yo estaba demasiado herido para siquiera tratar.
—Eiji. —Él no me respondió.
El colchón crujió cuando él se giró hacia mi lado, sus ojos se encontraban cerrados, sus labios yacían entreabiertos, sus pestañas se enredaron a su flequillo bajo el suspiro de la brisa. Mi mano pendió en el aire. Él era hermoso, de eso no cabía duda, él me embelesó con una sola mirada. La calidez de su cuerpo me resultó abrumadora, me incliné hacia él, deseando solo un poco más. Toqué su mejilla por mera curiosidad, los latidos se me acribillaron. Pero él no era un omega, así que esto estaba bien. Eiji bostezó tras ser agasajado por los primeros rayos del sol. Las orejas me ardieron cuando él se frotó los párpados para regalarme la expresión más adorable que alguna vez tuve el placer de contemplar.
—¿Por qué estás tan cerca? —La ilusión se quebró apenas sus cejas se arquearon.
—Tú fuiste quien me empezó a abrazar anoche. —Sus mofletes fueron teñidos por un delicado carmín—. Tú eres quien se debería disculpar. —Él bufó, levantándose de la cama, mi camisa le llegaba hasta los muslos, tragué, eran blancos y tonificados. Tan coqueto.
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El amante del lince.
Fanfiction|| Finalizada || Marcado por la crueldad Golzine y obligado a pelear, Ash se convirtió en el alfa más respetado y temido de Nueva York, con sus ojos puestos en el control de la ciudad él debe encontrar a una pareja para engendrar un descendiente ant...