Banquete

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Desde su posición en el barco, podía ver un camino de lámparas aún sin encender, extenderse la orilla del Muelle de Loto.

Más tarde las encenderían pues aún faltaban barcos por llegar, después de todo, el mismo insistió en ser los primeros en llegar.

Aunque apenas arribaron al muelle y puso un pie en la madera del puerto, un fuerte ladrido le hizo casi tirar a JingYi que cargaba algunas cajas.

—¡Hey! ¡Solo es Hada! ¿A pesar de que ha pasado tanto tiempo, aún le temes?

Wei Wuxian no le respondió, sino que, pasando a Sizhui busco la protección del hombre que ya estaba bajando del barco.

—¡Lan Zhan! ¡Sálvame!

—Puedes ser más escandaloso? Te romperé las piernas y tiraré al lago si sigues fastidiando.

Lan WangJi no se tomó demasiado bien la amenaza de parte del líder de Secta, quien, con su habitual aire severo, les hablo en general.

—Llegan temprano. Los Lan son demasiado puntuales, me temo que la mayor parte de las cosas aún no están listas.

Wei Wuxian, una vez que se aseguró que Hada se hubiera marchado lejos, se acercó a Jiang Cheng con una sonrisa en su rostro, tal parecía que el susto con Fairy nunca hubiera ocurrido.

—¡Llegamos justo a tiempo! No te molesta si ayudamos un poco, ¿cierto? Ya casi es hora de que empiecen el ritual.

Jiang Cheng se cruzó de brazos mirándole con molestia.

—¿Dices que no puedo hacerlo solo? ¡He llevado el ritual de protección de loto durante más de diez años!

Al ver las líneas de enfado en el rostro del líder Jiang, Lan Sizhui se apresuró a explicar el malentendido, en vista de que Wei Wuxian solo le miraba con una sonrisa despreocupada.

—El Señor Wei no quiso decir eso... Es que, nos ha hablado tanto de este evento que por eso pedimos al líder Lan que nos permitiera acudir también. Muchas gracias por la invitación— Sizhui, JingYi y el resto de los jóvenes hicieron una reverencia hacia Jiang Cheng, después de eso, Sizhui continuó— Queríamos presenciarlo y el señor Wei en verdad estaba entusiasmado por venir, que creo que llegamos un poco más temprano. Disculpe las molestias.

Jiang Cheng miró a todos los discípulos Lan y luego volteó hacia Wei Wuxian. Tras un suspiro, se cruzó de brazos desviando la mirada hacia la entrada de la secta.

—Vayan con mi segundo. Que les diga que hacer. Y tu— señaló hacia Wei Wuxian con un dedo amenazadoramente. — Ni un pie en la cocina o te romperé las piernas.

Los jóvenes asintieron dándole una reverencia a sus mayores, Hanguang Jun solo les instruyó que fueran cuidadosos.

Una vez a solas los tres adultos, Wei Wuxian asintió con una leve sonrisa hacia Jiang Cheng y luego tomó el brazo de Hanguang Jun para retirarse del lugar.

—Vamos, Lan Zhan, tienes que ver esto.

...

Una vez lo suficientemente lejos del Muelle, se adentraron en el corazón de Yunmeng. Wei Wuxian caminaba entusiasmado entre la gente y viendo los puestos donde se vendían distintos tipos de objetos, sobre todo lámparas para conmemorar la festividad de esa noche.

Compraron un par de bocadillos y se dirigieron a una zona apartada de la gente para descansar un poco.

Wei Wuxian estaba tan emocionado por estar ahí, que comenzó a contarle anécdotas de su infancia en festividades similares, sin embargo, apenas se le entendía algo ya que hablaba mientras comía.

Sueños, recuerdos y promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora