Sueños, recuerdos y promesas

Líder de Secta

¿Qué debería hacer?

—Líder, este es el informe de la última cacería nocturna del primer grupo, ¿Tiene otro trabajo para ellos?

"Alguien, por favor..."

—Líder, necesitamos su autorización para el transporte de suministros al norte, realmente había muchos cadáveres ahí, la energía es densa aún.

—"¿Qué hago?"

Líder, nos han informado que...

Nie Huaisang cerró los ojos con fuerza, negando fervientemente:

—Yo...no lo sé, no se... Disculpen...

Se marchó repentinamente dejando a sus subordinados desconcertados en medio de la sala de reuniones.

No era una imagen inusual para todo aquel que perteneciera a la secta Nie, sino que se venía repitiendo a diferentes horas del día desde hace poco más de una semana.

Unos deciden ignorarlo, otros solo entornan los ojos con molestia, aun así, la preocupación esta en la cabeza de todos, así como el sentimiento de decepción que poco a poco va tomando control en sus corazones que, tarde o temprano, se convertirá en fría indiferencia.

Huaisang llega a sus aposentos, donde es recibido por un suave olor a sándalo que logra serenarlo lo suficiente para despejar un poco su atribulada cabeza.

Cuando finalmente logra conseguir un poco de tranquilidad, toma uno de sus elegantes abanicos, concentrado en el exquisito diseño del mismo, poco a poco su ceño se frunce ya que no logra olvidar del todo aquello que lo ha aquejado desde hace una semana.

"Chifeng Zu debe estar inquieto en su tumba debido a la incompetencia de su hermano menor"

"Yo realmente no esperaba que fuera tan inútil"

"Debemos entenderlo, ha pasado solo un mes..."

"No es excusa, Chifeng Zu intentó educarlo por todos los medios, pero al parecer sus esfuerzos fueron inútiles"

"¿Qué será de la secta Nie? Toda la gloria y esplendor de Chifeng Zu y sus ancestros quedará en el olvido".

Palabras crueles, palabras hirientes y palabras llenas de lastima no requerida.

Nie Huaisang las había escuchado toda su vida, pero nunca dejaron que lo afectaran, después de todo, él sabía perfectamente que su vida no iba encaminada hacia el manejo de cultivo y mucho menos, cualquier asunto que tuviera que ver con el manejo de la secta.

Para eso estaba su hermano mayor, el valiente y aguerrido líder de secta Nie Minghue.

¡Vaya equivocación había cometido al confiar en que todo estaría bien!

Su hermano había muerto por una desviación de qi hace poco más de un mes, dejándolo con una carga que no imaginaba que algún día llevaría.

"Un líder de secta que no puede portar un arma espiritual ¿tan inútil es?"

Huaisang apretó el abanico en sus manos, arruinando un poco el acabado. Sintió el escozor en sus ojos por esas palabras dichas por alguien desconocido.

Tenían toda la razón.

...

No era la primera vez que visitaba el Muelle de Loto, incluso antes de la guerra contra los Wen, asistía acompañando a su hermano por motivos de reuniones entre líderes. En ese tiempo, solía pasear por sus alrededores, admirando el bello paisaje ofrecido por los lotos floreciendo en plena temporada y los animados murmullos en el campo de entrenamiento.