Universo alterno (2/3)

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El siguiente suceso era bastante familiar para Wei Wuxian. Cruzó la mirada con Ming Yun un instante antes de adentrarse en la Cueva Mata Demonios en los Tumultos Funerarios.

Ahí se encontró parado frente a Jiang Cheng, ambos luciendo con un par de años más encima que en el escenario anterior. Esto correspondía a cuando liberó a los Wen y huyó con ellos, Wen Qing y Wen Ning a ese lugar.

Los estragos de la guerra aún se veían en sus rostros, además del malestar social en que ambos se habían sumergido sin darse cuenta: Wei Ying indignado por la actitud del clan Lin y Jiang Cheng estresado por asumir responsabilidades políticas sin ningún tipo de apoyo u orientación.

La discusión que se desarrollaba entre ambos no era muy distinta a como la recordaba:

—No puedes decirlo en serio, si devuelvo a los Wen, ¡en verdad estarán perdidos!

—¿Qué te importa a ti si mueren o no? ¿Qué tiene que ver contigo?

—¡Jiang Cheng! ¡Qué demonios estas diciendo! Retira tus palabras o me veré obligado a golpearte. No te atrevas a olvidar quienes fueron los que nos ayudaron a recuperar los cadáveres de Tío Jiang y Madam Yu. ¿Quiénes nos devolvieron las cenizas que están en el Muelle de Loto?, quienes nos escondieron cuando estábamos siendo perseguidos por Wen Chao?

—¡Yo debería golpearte! Si, ellos nos ayudaron, pero, ¡porque no entiendes que ahora las cosas han cambiado y cualquiera que tenga que ver con algún Wen es blanco de critica! No importa quienes sean, mientras tengan el apellido Wen estarán condenados y a quien los ayude, será igual. Nadie se atreverá a hablar en favor de ellos y si te pones de su parte, ¡tampoco lo harán por ti!

—No necesito que lo hagan.

—¡Porque eres tan terco!

Wei Wuxian, al lado de Ming Yun, observaba con impotencia como esa escena se reproducía frente a sus ojos, sus puños se apretaban con fuerza al presenciar los mismos errores que cometieron en el pasado... Escuchó los reclamos de Jiang Cheng y la dolorosa verdad de que la gente, pese a lo mucho que era admirado, era igualmente temido y su hostigamiento social, no terminaría ahí, sino que sería peor.

Ming Yun apretó su hombro con suavidad, instándole a no perder de vista la escena.

—Si insistes en seguir protegiéndolos, entonces ya no podré protegerte.

De un momento a otro, todo se detuvo y Wei Wuxian dirigió su mirada a Ming Yun con una interrogante en su rostro, el chico, soltando una risa socarrona, se cruzó de brazos:

—¿Qué piensas que va a pasar ahora?

—Supongo que seguirá igual. Si Wen Ning murió y ahora estoy con los Wen aquí, no creo que el resultado sea muy diferente a como sucedieron las cosas.

—¿Ah si? Wei Wuxian, siempre has sido tan desinteresado... al cortar lazos con la secta Yunmeng apartaste a Jiang Cheng y Jiang YanLi del ojo público y la crítica... pero ¿Qué sucedió con su relación? La pelea que tuvieron después fue mera apariencia, aun así, cada decisión tomada afecta indiscutiblemente al futuro inmediato en la vida de todos. Entonces, palabras más o palabras menos, no harían la diferencia en su caso... pero si las acciones.

—¿Estas diciendo que este destino ya estaba escrito? ¿Cuál es el punto de mostrármelo si ya sé cómo termina?

—Observa.

El Jiang Cheng que tenía enfrente a su yo del pasado comenzó a reírse de forma extraña, casi como si estuviera llorando.

—¿Porque siempre nos arrastras a esto? ¿Es divertido para ti? ¿Qué debería hacer? Si decides quedarte, entonces quédate. ¡Deja la secta, déjanos en paz!

Sueños, recuerdos y promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora