Sueños, recuerdos y promesas

Incienso

Era un efecto diferente al esperado.

Al observar el verde prado en el horizonte y las montañas a su alrededor supo que estaba en un lugar desconocido y, debido a la falta del viento en su rostro y la ausencia de olor a vegetación, también supo que dicho lugar no existía.

Lan WangJi desenvaino a Bichen y cerró los ojos, tratando de concentrar su energía espiritual y encontrar la forma de romper el encantamiento del incensario, sin embargo, escuchó una suave y cantarina voz a sus espaldas.

—Es una bonita espada, al igual que su dueño, me pregunto, ¿cuál será su nombre? — Lan WangJi dirigió a Bichen hacia la voz detrás de él, topándose con la visión de una mujer vestida con túnicas blancas y sencillas, en su cabeza, portaba un sombrero un poco viejo, pero bien cuidado.

— ¿Quién eres?

—Oh... ¿Por qué eres tan severo? Joven amo Lan WangJi... No es forma de dirigirte a una dama.

—Usted... ¿Cómo sabe mi nombre?

Era inquietante la forma en que esa mujer sonreía y actuaba, era como si...

La mujer soltó una leve carcajada, provocando que volviera a ponerse en alerta, pero ella se cruzó de brazos mirándolo divertida y curiosa.

—Te pareces mucho a tu tío... excepto sus ojos, si mal no recuerdo, tu padre tenía ojos oscuros, así que debiste sacar eso de tu madre...

—Usted...

—Oh, cierto, no me he presentado, pero a juzgar por cómo me miras, diría que ya me conoces.

Lan WangJi frunció levemente el ceño, aun sin bajar la guardia, la mujer frente a él se acercó a él, dándole una sonrisa gentil.

No podía estar equivocado, por increíble que pareciera, la mujer ante él la misma sonrisa.

Era CangSe SanRen, la madre de Wei WuXian.

—Lamento no ser quien buscas, créeme, me gustaría verlo también.

Lan WangJi finalmente enfundó a Bichen, a continuación, hizo una profunda reverencia.

—Lamento las molestias. Ruego que disculpe mi falta de cortesía.

Una mano pequeña se posó en su antebrazo, instándolo a pararse derecho, WangJi lo hizo y entonces ella habló:

—Mi hijo sin duda tuvo suerte de contar con un amigo tan leal como tú.

Esas palabras, dichas con el tono más suave y gentil que había escuchado en mucho año provocó que volviera a hacer una reverencia, esta vez postrándose de rodillas.

—Lo siento, no fue suficiente. Él fue...

Ella se arrodilló junto a él, acariciando su hombro con gentileza, Lan WangJi contuvo las ganas de llorar y apretó los labios, oculto de la vista de esa mujer que solo conocía de nombre, pero ya le tenía un profundo respeto solo por ser la madre del hombre que amó.

—Mi A-Xian sin duda pensaría lo mismo. No sé mucho sobre el mundo actualmente, solo lo poco que llega a este lugar.

Lan WangJi alzó la mirada, sus ojos, levemente rojos, miraron a su alrededor con cierto grado de confusión que ella comprendió y rápidamente procedió a explicarse:

—Es una especie de intermedio entre ambos mundos, no hay nadie aquí más que nosotros. Es como un puente y tú me has llamado aquí.

—Usted estaba...

—Las almas de los cultivadores, sobre todo aquellos que, como yo, pasaron demasiado tiempo en el mundo espiritual mientras seguían con vida, mi maestra, BaoShan San Ren alcanzó la inmortalidad, así que nos entrenamos para llegar a ella, aunque yo no lo logré, si estuve en un nivel bastante cerca... Mi alma es lo suficientemente poderosa para atravesar este puente a mi voluntad.