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La vida recorre día a día el tiempo

y yo voy descubriendo lo mágica que es.

Tú mujer hermosa visitas mi lecho

con la compañía de tu compañero

y el amor os cubre,

os alberga con la tenue sombra

que os voy regalando

en el abrasador calor del verano,

para ser refresco y daros aliento

y ser el testigo de esta hermosa historia

que ha ido naciendo.

Tú hermosa mujer me grabas con fuego,

remarcas tu nombre y el nombre de él

con un corazón pequeño en mi cuerpo,

pequeño, pequeño en la eternidad

y eterno en tu vida que es pequeñita,

pequeña y preciosa y la veo pasar.

Y eterno es el tiempo que corre en mi savia,

y eterna la vida que he de culminar.

El árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora