8.2

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Cristales se esconden entre mi almohada

de seca hojarasca que dejo caer.

Tú chico me miras y escupes mis ramas

y dejas mi lecho como estercolero que no quiero ver.

Mi savia me llora y le clama al cielo.

Mi cuerpo recuerda lo que un día fui.

Soy el garabato de lo que antes era,

soy caricatura, soy una parodia.

Soy la triste esencia de lo que recuerdo

y ya ni los gorriones preparan su nido,

ya no crecen frutos, ya dejo de ser.

Y con mis lamentos clamo al universo,

le grito intentando volver a vivir.

Reclamo la honra que el tiempo ha engullido,

reclamo al altísimo un poco de orgullo,

dignidad al menos que me haga seguir.

Y sigue viniendo gente que se ríe,

se ríe del cielo y se ríe de mí.

Bailan por mi tronco,

me espetan, me sajan,

me acuchillan con rabia hasta el mismo alma,

y han descarnado mi torso hasta el corazón.

Solo soy recuerdo

y seco los miro,

los miro y me rindo

y me dejo morir.

Y el sol de justicia no tiene clemencia,

e inerte el desierto se extiende sin más

entre matorrales que secos me envuelven,

entre arbustos inertes que tejen sin pausa

la cruel telaraña de la soledad,

y cavan la tumba que ha de recibirme,

entre plásticos, cristales, latas y colillas

que formaran mi triste y pobre sepultura,

que forman mi triste y pobre cruel final.

....

y no queda nada,

tan solo me encuentro, sólo,

y te recuerdo mi niña,

recuerdo la vida que me diste,

y lloro.

El árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora