5.5

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La vida que pasa se marca en nosotros.

Yo ya roble viejo seguiré sin más.

Tú mujer anciana me lloras un día,

derramas tu alma en mi inmensidad.

Tus manos acunan no vida inocente,

sino la desdicha de la soledad.

Te doblas y abrazas tu marca de amor...

aquel corazón que tu alma grabó...

y en el silencio sollozas tranquila,

me miras...

me inspiras...

me lloras.

Me lloras y entre congojas te rompes mi niña.

Mi anciana muchacha que vida me dio.

Y viertes el polvo de quien fue tu amado,

quien te acompañó

....

quien te acompañó y ahora se ha ido,

y ahora se ha ido y se funde conmigo,

se prende en mi tronco

y recorre mi savia

mientras son tus lágrimas

las que riegan mi lecho,

y son tus suspiros, tu melancolía

quien llena la vida bajo mi mirada

y el cálido abrigo de mis fuertes ramas.

El árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora