Y una luz refulgente como el sol.
Y un clamor cálido de aliento.
Y la caricia suave de la ternura más noble,
y los besos más tiernos
y los abrazos más bellos.
Qué calidez siento ante esta muerte.
Qué sublime afectuosidad,
y en ese instante en que mis cenizas se desparraman
siento el agua fresca que brota en la roca
y mis raíces se anclan y beben
y se emborrachan de amor.
Veo una mirada
...
siento que unos brazos me arropan, me aclaman.
Veo en esos ojos un halo de luz
que me es conocido,
y siento tus manos de niña,
y siento como te recuestas bajo mi almohada,
y en mi mullida cama de fresco musgo
dormitas y me cantas y me abrazas.
Fuertes mis ramas extiendo ante Dios.
Y en un segundo eterno y divino,
encuentro mi sitio en la eternidad.
Soy Quercus Quejigo,
Roble Carrasqueño,
y en la eternidad crezco y me renuevo.
Seguiré brotando y seguiré creciendo
y te daré mi sombra.
Y te daré consuelo.
Genista77
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El árbol
PoetryObra poética que narra la historia de un árbol típico de mi tierra, el roble carrasqueño, unido a la vida de una niña que es quien lo planta a través de sus inocentes juegos. A lo largo de la obra se entrelaza la historia de este roble y de esta niñ...