Hoy amanece como todos los días,
luce el sol en un firmamento infinito
y como todos los días te saludo... moribundo,
agonizante entre la sequedad de mi inerte ataúd.
Buenos días día, buenos días sol...
Exclamo apagado y gastado,
sumido en la desdicha que riega mi existir.
Los rayos que envías a alegrar mi mañana
queman más que nunca,
queman más y más, y más secas mi alma.
Queman tanto que ardo, en llama perpetua.
Queman tanto que mis hojas
ya no se pueden secar,
ya no puedo retenerlas y las debo ver marchar.
Caen sobre mi seco lecho,
lecho de seca hojarasca,
seca, muy seca, tan seca,
que crepita cuando cae
y se posa sobre el manto de las hojas
que acababan de caer.
Y se funden entre ramas y secas hierbas,
entre cristalinos vidrios de esa fiesta,
entre papeles de colillas que dejaste,
entre esos pañuelos que enjugaron tus risas
y que empapelan mis penas.
Y tus rayos sol, queman,
siguen quemando y queman más.
Hoy es el día y lo sé porque mi vida se rinde,
el calor de la hoguera de anoche humea ante mí,
sigue humeando
...
sigue humeando mientras tus rayos sol,
me siguen quemando,
siguen quemando.
¡Siguen quemando!
Y en un segundo
...
En un segundo de tiempo eterno
que no existe, pero es,
una luz
...
una llama entre ese cristalino espejo de alegrías
y el papel de ayer es fuego entre mis ramas.
ESTÁS LEYENDO
El árbol
PoetryObra poética que narra la historia de un árbol típico de mi tierra, el roble carrasqueño, unido a la vida de una niña que es quien lo planta a través de sus inocentes juegos. A lo largo de la obra se entrelaza la historia de este roble y de esta niñ...