Anthony pensaba con un bonito tono "Vaya mierda". Su Industria... Pronto ya no sería su Industria. Pero, la incógnita de esa respuesta era el simple y tradicional "¿Por qué?".
Bien, Tony en su mente, esa de paredes blancas y sin fondo, bajaría la cabeza, tensaría los hombros y apretaría los puños con toda la rabia que sentía en ese momento, contestando un seco "Por estúpido".
Se emborracho, hasta los huesos, bailo, felizmente, y beso a cualquier cosa que moviera el trasero. Porque así era él. Actuaba y después pensaba.
—¿Me estás escuchando, Tony? —James Rupert Rhodes mantenía una mirada sería, la boca tensa y los dedos perforando su piel.
—No. —Señor sincero le decían.
—Es increíble. —Su amigo, rodó los ojos ante lo irresponsable que seguramente cree que es... No, que es.
El castaño no hizo más que mirar hacía otro lado, esquivando los miraditas que Rhodey le enviaba de vez en cuando. Decepción, fastidio, irritación... Si, Anthony comenzaba a acostumbrarse.
—Lo arreglaré. —Las palabras salieron antes de que él pudiera evitarlo. Nunca quiso decir eso, más bien, todo su cuerpo, deseaba, ansiaba gritar "Ayúdame".
—¿Estás seguro?
—Si. —No, no estaba nada seguro.
El rostro de James no demostró más que preocupación.
Y es que, si lo ponía en un texto más grande, amplio y con detalles que tal vez evito contar, era su culpa. Sólo de él.
Para empezar, no debió confiar en Víctor von Doom. Reed se lo había advertido, vaya, se lo había recalcado miles de veces literalmente. Segundo, no debió de ir a esa fiesta. Víctor y fiesta no debían ir en la misma frase. Tercero, no debía beber, porque la bebida era como una mujer que lo seducía para después joderlo hasta triturarle los huesos y después correr ofendida e indignada. Cuarto, por nada del mísero mundo, debió firmar lo que Doom le entregaba.
Un par de senos, buenos culos y palabras vacías, bastaron para que él cayera en la trampa.
Como un ratón.
—Tony, no tienes... —Rhodes, como el maravilloso amigo que era, quiso ofrecerse aun así a solucionar con él el problema.
—Si, si tengo. —Y él, como el idiota que era, se negó sin siquiera dejarlo terminar.
Rupert no insistió más. Con mala cara, un suspiro pesado y una mueca que gritaba "La jodera", se fue, no sin antes desearle suerte.
Suerte, eso no era lo único que necesitaba. Necesitaba un milagro, un enorme milagro.
—¿Alguna sugerencia Jarvis?
—"Me temo que no, Señor".
Justin Hammer lanzó lo que tenía en la mano.
Una silla, un jarrón, los papeles, sus lentes... El hombre parecía divertirse de lo lindo al ver como todas esas cosas se estrellaban contra la pared.
—¡Es un imbécil!
Justin se detuvo con la respiración alterada, el cabellos desarreglado y los ojos apantallados.
Tony Idiota Stark... Ese era su maldito problema.
De la nada, comenzó a reír como un verdadero maniático; como si el hecho de que Tony haya firmado los papeles en donde cedía el 70% de las acciones de la industria y parte de la tecnología Stark a Víctor von Doom, fuera el mejor de los chistes.
Sentía su pecho y garganta arder ante la escandalosa carcajada.
—Ese... Ese idiota... Se lo dio todo. —Sintiendo su estómago entumecido, comenzó a tirar las cosas de su escritorio, está vez bramando de rabia.
Algo tan sencillo que él pudo hacer... Pero no, Víctor era más ruin y listo.
Un toque a su puerta lo trajo a la realidad. Carraspeo, se arregló el nudo de la corbata y el cabello.
—Adelante.
La puerta se abrió revelando a una hermosa mujer, con pecas en el rostro, ojos claros, bien maquillada y con vestimenta elegante, además de sus característicos cabellos rojos, casi pegando a lo naranja.
—Dime de una buena vez, para que solicitaste mi presencia. —Virginia Potts, fiel trabajadora de Tony. Su mejor amiga y su eterna enamorada.
—Señorita Potts, ¿Gusta algo de tomar?
Virginia no dijo nada, sólo se cruzó de brazos y lo miro expectante a lo que dijera.
Claro, mensaje captado.
—La llame aquí, con el propósito de saber si es real lo que los rumores dicen. —Hammer sentía un temblor incesante en su mano derecha.
—¿Acaso te interesa? —Contestó altanera la pelirroja.
—¿Qué si me interesa? —Soltó una risa burda, tosca, cansada—. Claro que es de mi interés. ¿Sabe por qué? Porque soy parte de la industria. —Exasperado, grito— ¡Vamos a ir a la quiebra con esto! ¿Acaso no imagina lo que hará Doom?
—¿Es muy diferente a lo que tú planeabas? —Porque Pepper lo sabía—. Parece que te ganaron la partida, Hammer.
Justin se hubiera ofendido, de no darse cuenta el estado en qué la pelirroja estaba. Nerviosa, estresada, molesta.
—No voy a discutir con usted. —Dijo tajante—. Hay un propósito en esta pequeña junta.
—¿Cuál?
—Como verá... —Comenzó, viendo fijamente a la mujer—, está situación no nos conviene a ambos. Ni a usted, ni a mí nos trae nada bueno. Despido es lo que resalta todo el panorama, en el mejor de los casos.
Tenía la atención de Virginia.
—Por ello, yo voy a darle una solución. —Una sonrisa se dibujo en su rostro, al ver el brillo de alivio en los claros ojos de Potts.
—¿Así? ¿Y cuál es esa solución?
El sujeto la miraba superior.
—¿Cuál más? —Justin y Virginia se miraban frente a frente—. La muerte.
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Limerencia
FanfictionUna trampa, una solución, un obsesivo amor. "¿Me necesitas?" La respuesta era un arma de doble filo. [Stony] [CapitánHydra] Advertencias: •Relación Tóxica •Contenido Adulto Aclaraciones: •Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel. •Po...