No sabía como mierdas había llegado a esa situación. Sin armadura, sin protección, sin absolutamente nada que lo salvará de una muerte inminente.
Recuerda a ver estado en el taller por horas... O tal vez días. Eso era lo de menos. Cuando termino el Mark II sintió que absolutamente nadie podía hacerle daño. Era una armadura menos pesada, más flexible, más equipada.
Le cambiaría los tonos a unos más... Llamativos.
—Pensé que lo habías abandonado. —Pepper, atrás de él (ni él sabía cuándo fue que llegó), admiro su obra maestra.
—Sólo hice, mejoras. —Orgulloso, rodeo su creación, dando los últimos vistazos.
Esto lo protegería de todo, incluso de cualquier soldado de Hydra.
—¿Por qué tanta seguridad? —La mujer frunció el ceño preocupada— ¿Paso algo?
Tony no la miró en ningún momento. "Tal vez porque no quiero morir", eso hiciera salido por su boca sin pensarlo.
—No es nada. —Anthony le sonrió galante, falso, queriendo alejar cualquier pensamiento de Virginia sobre su nada disimulada protección exagerada—. Es raro que no estés gritando. ¿Algo nuevo?
La cara de la pelirroja se encendió en cuanto Tony termino de hablar. Algo no estaba bien.
—N-no... No, todo normal.
Stark asintió no muy convencido. Ambos quedaron en silencio, sin saber que decir o como actuar. Muy raro, bastante, en realidad.
—Pepp... —Una señal de alarma lo interrumpió. Pidió informes a su I.A pero está no contestó.
Eso estaba mal, muy mal.
Tomó a la mujer, aun cuando está no entendía nada. La arrastró a la salida, buscando alguna alternativa, pero una explosión los detuvo y envió para atrás.
—¡¿Qué demonios está pasando?! —La mujer estaba aterrada. Tony no sabía que hacer con una persona más.
Miró la armadura. Tenía que actuar rápido.
—"Señor, han ingresado a la torre jaqueando mi sistema". —"No me digas" pensó irónico el genio. Al menos Jarvis ya estaba de vuelta.
—Jarvis.
—"A la orden señor". —Amaba a su I.A
La armadura comenzó a rodearlo, sin embargo, otra explosión impidió el proceso, mandándolo a volar lejos de la asustada pelirroja.
—¡Tony! —Una mano metálica tomó del cuello a la pelirroja, alzandola como si esta no pesará absolutamente nada.
—¡Pepper! —Molesto, asustado y adolorido, sólo pensó una posibilidad para que su amiga no saliera muerta de ese lugar.
Se mordió el labio, con tal fuerza que se hizo sangrar. Estaba desesperado por sacar a Virginia de ahí.
—Jarvis.—Vio como Pepper rasguñaba el brazo del sujeto, sin conseguir nada. Su rostro estaba rojo del esfuerzo por tratar respirar—Salvala.
Jarvis tardó unos segundos en obedecer. Tony quiso pensar que dudando sobre la vida de él a la de ella.
En un instante, el soldado retrocedió por un golpe de la armadura, y está finalmente rodeó a la fémina.
—T... Tony... —Pepper no quería irse.
—"Tengo ordenes, señorita Potts"
Los ojos oscuros del millonario, admiraron como la armadura desaparecía, con Pepper adentro.
Así fue como llego a esa terrible situación. El sujeto no dejaba de aventar cualquier cosa, con tal de encontrarlo y matarlo. Lo había enfrentado, pero éste parecía poseído; No se detenía con nada.
—Maldición. —Masculló mientras trataba de ganar tiempo. Algo se le tenía que ocurrir.
Esperaba que fuera antes de que el soldado terminara con toda su torre.
Corrió hasta las escaleras, al mismo tiempo que activaba el mecanismo del elevador.
En cuanto sonó el característico "Clic", el soldado corrió directo a la trampa. Tony ganaría más tiempo.
—Piensa, maldición, piensa Tony. —El castaño se golpeó la cabeza, una y otra vez.
No podía matarlo.
Abrió los ojos, sorprendido ante sus pensamientos; él no podía matarlo, pero Steve si.
Busco como desesperado su celular. Tenía el número de Rogers.
Estuvo así por largos minutos, hasta que lo vio debajo de la mesa. Dios, gracias.
Rápido, leyó todos los contacto. Steve Rogers brillaba en la pantalla, incitandolo a llamar.
Suspiró, no tenía tiempo para pensar.
Marcó y espero a que Rogers se dignara a responder.
—¡Maldición, contesta! —Los timbres siguieron, y cuando pensó que lo mandaría a buzón, la voz del rubio se dejó escuchar.
—"¿Qué? ¿No quieres morir?"
Tony cerró los ojos con molestia. Se odiaba por caer así de bajo.
—Steve... —Lo escucho respirar profundo, como si el simple hecho de decir su nombre fuera... Maravilloso—. Te necesito.
Silencio. Steve no decía nada.
—¿Stev...?
—"Dime que me amas e ire" —Condicionó el mal nacido.
Anthony estaba por ceder a su orgullo y mandarlo al carajo. Pero, lo pensó mejor. Tener al Capitán no sería mala idea, es más, dudaba mucho que alguien le hiciera daño. Egoísta, si, pero qué importaba. Él lo utilizo primero.
—Steve... —Anthony escuchó las incesantes pisadas del soldado. Estaba cerca—... Te... Te amo.
Podía apostar todo su jodido dinero a qué Rogers estaba sonriendo victoriosamente.
—"Tomaré el elevador".
Tony soltó el celular, sintiéndose engañado, molesto e irritado. Steve estaba en la torre, seguramente esperando su llamada, y él cómo idiota había caído.
Si no estuviera en perfil bajo, se hubiera reído desquiciadamente.

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Limerencia
FanfictionUna trampa, una solución, un obsesivo amor. "¿Me necesitas?" La respuesta era un arma de doble filo. [Stony] [CapitánHydra] Advertencias: •Relación Tóxica •Contenido Adulto Aclaraciones: •Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Marvel. •Po...