El inicio de la tormenta

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Anthony sonrió con sarna, antes de quitar la mano del Capitán de un manotazo.

Lo miro con burla y cierto resentimiento. Una vez había caído...

—No. —Tony contenía la ira—. No te necesito.

Steve se enderezó, mirando con frialdad al castaño, quién no bajaba la mirada, por muy intimidante que fuera el rubio.

Rogers ladeó el rostro.

—Bien. —El soldado miró la gran ventana, pensativo—. Estaré en tu funeral.

A Tony se le heló la sangre.

Steve sonrió sarcástico, antes de tomarlo de los cabellos y alzar su rostro violentamente.

—Ya sabes... —Los ojos de Rogers eran hielo puro—, por los buenos tiempos. —Con una mirada lasciva, recorrió las marcas en el cuello de Tony.

Sin más, soltó al genio y camino hasta el elevador para despedirse con la mano.

Tony contuvo la respiración hasta que el elevador cerró por completo. Dejó que sus manos cayeran pesadas a su lado y que el aire que está reteniendo, saliera en un largo suspiró.

Tenía que ser una broma.

—Jarvis...

"¿Si señor?"

—Activa la seguridad de la torre. Pisos inferiores y superiores. —Dijo al mismo tiempo que se dirigía a su laboratorio.

Tenia que salvar su trasero.

Bucky trataba de desenredar cada uno de sus pensamientos; como si estos fueran hilos mal puestos

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Bucky trataba de desenredar cada uno de sus pensamientos; como si estos fueran hilos mal puestos. Unos pensamientos más atascados que otros.

—No te esfuerces. —La voz de Steve lo saco de sus pensamientos—. Lavaran tu cerebro en cualquier momento.

James lo miro de mala gana. Lo sabía, no era idiota. Hydra no tenía contemplación.

—¿Se lo dijiste? —Preguntó Barnes, aún sin ninguna expresión en su rostro.

Steve se encogió de hombros—. Tal vez.

El sargento observó los gestos del rubio. Se notaba molesto, tenso, decaído.

—No aceptó tu ayuda. —James afirmó para sí— ¿De verdad lo dejarás morir?

—No es mi asunto ahora. —Steve sonrió falsamente—. Puedo encontrar un nuevo juguete.

La boca del Capitán escupía veneno para desahogar su mal estar. Nadie lo había rechazado, no iba a tolerar que Tony lo hiciera.

Sonrió con molestia ante el recuerdo... Stark se iba a arrepentir.

—Como si fuera a creer eso. —Susurró el castaño.

Ambos soldados quedaron en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. James recordaba, vagamente, algunas cosas, pequeños detalles en realidad. Entre ellas, la amistad que había tenido con el rubio.

Cuando se le informó de su misión, algo en su mente no le permitió olvidarlo simplemente. Estaba archivado, pero sin una contraseña que impidiera decirlo. Decidido, se lo comento a Steve antes de que su mente lo borrará.

Y este fue el resultado.

—No quiero matarlo. —Bucky miró al que se supone fue su amigo—. No quiero hacerlo.

—Eso depende de ti. —Steve, lo miro aburrido—. Pensé que eras más fuerte que eso.

—No lo entiendes...

—Claro que si. —Los ojos de azules de Rogers lo atravesaron—. No sólo tú eres su conejo de indias.

Bucky lo miro con cierto asombro. Nadie podía romper el control de Hydra, él no podía.

—Pero...

—No es difícil. —El soldado se mantenia orgulloso de su azaña—. Después del tercer intento, dejaron de molestarme.

James bufo molestó.

Pepper trató de acceder a la torre por quinta vez

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Pepper trató de acceder a la torre por quinta vez. Algo no estaba bien.

—Jarvis, soy Pepper, con un demonio. —Molesta, golpeó la puerta metálica. Todo el lugar estaba cubierto.

Una pantalla apareció enfrente de ella, indicándole que pusiera su mano para reconocerla. Suspiró cansada, al mismo tiempo que hacía lo que le solicitaban.

—"Virginia Potts". —Jarvis tardó unos segundos—. "Adelante".

Quiso maldecir, pero después se dijo que sólo era una I.A.

Al entrar, pudo observar que el lugar estaba completamente solo. Por un momento pensó lo peor.

Dejó sus cosas en donde fuera y corrió al taller. El lugar donde seguramente se encontraría Tony. Al llegar, suspiró de alivio; las piezas chocaban contra otras, indicándole que el castaño trabajaba.

—¿Tony? —Ignorada, decidió poner el código de acceso.

Varias piezas estaban regadas, parecía un laberinto.

—Anthony Stark, más te vale... —Su voz se fue al ver la gran armadura color plata que el genio contemplaba.

El Mark II.

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