Pensamientos

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—El Sargento James Barnes.

Justin sonrió fascinado. El sujeto se mantenía erguido, imponente y con la mirada perdida.

—¿Es así siempre? —Preguntó detallandolo. Era perfecto para el trabajo.

Pierce bebió de su copa.

—Tuvimos que... Lavarle un poco el cerebro. —Alexander miró al Sargento—. Comenzaba a ponerse nostálgico.

Justin asintió entendiendo.

James Buchanan Barnes. Soldado que dieron por muerto en la Segunda Guerra Mundial, un maestro en el uso del arma y, el mejor amigo del Capitán América.

Fue una agradable sorpresa encontrarlo con vida y mantenerlo como un fiel perro de Hydra.

—Pondremos las cartas sobre la mesa. —Hammer miró la luna. Se encontraba en su punto—. Pero no ahora. Dejemos que Stark se confíe, que se siga torturando.

Pierce sonrió gustoso.

Sería todo un honor matar al gran filántropo.

Sería todo un honor matar al gran filántropo

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Miró de nuevo la gran mesa.

Pepper sonrió ante lo elegante que está se mostraba. Estaba orgullosa de su trabajo.

—Tony se encuentra en la sala. —Happy comía una dona. Seguramente del estante.

—Deja eso, es comida chatarra. —Le dijo la mujer.

—¿Chatarra? Es mi premio. Tony casi me la arrebata y estuve pelean con él por más de 10 minutos.

Virginia rodó los ojos. Hombres.

—Bien, cómo sea. —Potts le sonrió—. Gracias por la ayuda.

Happy le sonrió no muy convencido.

—Pepper...

—Ahora ve. —La dama lo empujó suavemente a la salida—. Quiero estar a solas con él.

El gran hombre trató de decir algo, pero Pepper... Pepper no quería escuchar.

Con Happy fuera del área, se arregló el cabello y la falda. Tal vez, hoy tendría suerte.

Con elegancia, camino hasta donde se encontraba un distraído millonario. Virginia pudo notar sus ojeras.

—¿No has dormido? —Su voz exaltó al genio.

Éste la miró y trató de sonreír, sin embargo, no pudo hacerlo.

—Pepper, yo... Bueno... —Tony pasó sus manos por el cabello en su tan característico signo de ansiedad.

Potts se asustó. Anthony muy rara vez tartamudeaba.

—¿Estás bien? —Preocupada, se acercó al castaño.

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