Odió | Kim Taehyung

16. Acomodandome

¿Donde está el señor Kim?

LEE YOUNG MI

Me levanté más temprano de lo normal, me estiré sobre la cama y a bostecé.

Sin ganas caminé hasta la ducha para tomar un baño con agua caliente. Me vestí con una falda corta y una blusa corta pegada al cuerpo, me coloqué mis tacones favoritos y me peine mi corto cabello.

Luego de tomar mis pastillas me vi en el espejo, era cierto tenía bolsas negras debajo de los ojos, lo que no sabía Stella era que yo ya tenía maquillaje solo que no lo usaba por falta de tiempo. Me coloqué corrector en las ojeras un poco de rímel y brillo labial. Tampoco me iba a maquillar solo porque una zorra como ella me lo decía.

Salí se mi habitación encontrándome una nota de jisoo pegado en el refrigerador

"Tuve que irme temprano, llego hasta mañana.
Te quiero."

Sonreír y tomando una manzana, avance hacia afuera y me subí al auto.

Tranquila coloqué la radio y puse el auto en marcha, hoy iba temprano así que iba relajada desayunando mi manzana.

Me aparqué frente al apartamento de Taehyung a esperarlo.

Y si que lo esperé.

Veinte minutos después y no bajaba, no lo veía en ningún lugar. Fruncí el ceño y vi mi celular, no había señal de Taehyung.

Baje del auto y me encamine hacia la recepción, por lo menos la secretaria debía decirme si Taehyung había bajado ya.

-Buenos días, quisiera saber si el Señor Kim ya salió.

-No tenemos registro de que ya salió, pero tenemos uno de que no llegó anoche.

Oh. Eso no me lo esperaba.

-Está bien, muchas gracias.

Al momento de girarme alguien toma una de mis manos y me arrastró con él. Me costó distinguir a la persona por el susto pero con solo sentir su tacto supe quien era.

-Acompáñeme.

Escuché como gruñía mientras subíamos al elevador, estando dentro lo visualicé sin pudor. Llevaba puesto su traje de ayer pero como si no le hubiera dado tiempo de cambiarse, la corbata sin hacer y la camisa desabotonada. Su cabello revuelto me dio la impresión qué pasó una buena noche. Era un desastre.

No había notado que su mano aún no soltaba la mía, mi corazón comenzó a latir desbocadamente, al parecer el aún no se percataba de su acción.

Al llegar a su apartamento entramos aún de la mano y al llegar a la sala se detuvo girándose hacia mi. Fue allí cuando su mirada fue hacia nuestras manos, frunció el ceño soltando mi mano. Auch.